La renovada dirección del PPCV que salió de este verano, con Isabel Bonig sucediendo al expresidente Fabra, tenía la fecha de ayer marcada en el calendario. Era la puesta de largo a la que a última hora se añadió además la guinda de la presencia de Mariano Rajoy. El inicio de una nueva etapa. Y Bonig, nada más tomar la palabra, quiso cerrar la anterior. «Pido perdón como presidenta regional por los errores cometidos, por las conductas que nos han abochornado y no haber estado a la altura de tanto militante honrado que se ha dejado la piel por este partido», declaró.

Bonig fue aclamada, la única que puso en pie a los cientos de militantes que acudieron ayer al Centro Cultural y Deportivo de la Petxina. Lo hizo con su defensa de la unidad de España. «Gracias, presidente, por mantener el pulso firme frente a los que quieren destrozar que hemos sido durante cinco siglos». «Me siento orgullosa de la nación a la que pertenezco, la más antigua de Europa, y a la que jamás renunciaremos los que nos llamamos populares, ni aquí en Valencia, ni en ningún otro lugar de España», proclamó en medio del delirio de las bases.

Bonig llega a los militantes. Ha convertido el asunto identitario en la punta de la lanza de su relato, como también «la batalla ideológico» ante la izquierda. Defiende la unidad de España en pleno proceso soberanista catalán, pero también ataca al Consell por ese flanco: «Vamos a estar enfrente de quien quiera imponer a los padres la lengua en la que se educan sus hijos, y enfrente de los que quieren que seamos parte subordinada de un proyecto irreal como el que defienden el señor Marzà, la señora Oltra y Compromís y que tolera el señor Puig, que prefieren ser catalanes de segunda que valencianos y españoles de primera».

La nueva presidenta dedicó también parte de su discurso a tejer complicidades y a congraciarse con su nuevos lugartenientes. Repartió palabras amables entre los líderes provinciales (Císcar, Betoret y Moliner) y también se acordó de su antecesor: «Alberto [Fabra], gracias por tu generosidad y por entender que el proyecto está por delante de las personas».

Finalmente, Bonig cumplió con el rito reivindicativo frente a Madrid: «Presidente, te digo alto y claro que vamos a estar a tu lado para dar y para pedir con respeto, lealtad y educación lo que en justicia le corresponde a esta tierra»: el corredor, el AVE y el agua que «los socialistas que Castilla la Mancha nos niegan», enumeró. «También necesitamos una financiación justa, y lo sabes», concluyó.

Margallo quiere financiación

Respecto a la financiación, el ministro Margallo apeló al entendimiento entre Rajoy y Puig: «Son dos personas moderadas que pueden hablar, entenderse y solucionar los problemas que tenemos, entre otros, el muy agudo del sistema de financiación autonómica». «Está claro que este sistema de financiación nos ha perjudicado, nos ha discriminado. Es la primera gran tarea que tiene que abordar el nuevo Gobierno, y se necesita una reforma completa del sistema fiscal que haga frente a los grandes problemas que tiene el país», aseguró.