La detención de la joven de Xeraco se enmarca dentro de una macrooperación entre las fuerzas de seguridad de España y Marruecos que concluyó con la detención de diez personas vinculadas a una red del Estado Islámico (EI) en las localidades españolas de Toledo, Badalona, Xeraco y en la marroquí de Casablanca.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, señaló ayer que se trataba de una «red muy importante» que captaba fundamentalmente mujeres. El ministró asistió en Málaga a los actos con motivo de la festividad de la patrona de la Guardia Civil y alabó las «extraordinarias relaciones, con Marruecos» con el que nuestro país «comparte inteligencia» y además «sincroniza operativamente actuaciones» como la de ayer. La red se extendía en ambos países y además de a la captación, se dedicaba al adoctrinamiento radical y apoyo logístico para el Estado Islámico. Además de Layla H. también se detuvo a otra mujer de nacionalidad marroquí y a dos hombres. Uno de los detenidos es un musulmán converso de nacionalidad portuguesa que ha sido detenido en Toledo.

El segundo de los hombres, arrestado en Badalona, es un joven de unos 20 años de origen magrebí nacido en Cataluña que vivía con su madre, quien sufrió una crisis de ansiedad como consecuencia de la intervención policial y fue atendida por un equipo médico. La otra mujer fue detenida en Toledo. Interior informó también de otros registros domiciliarios en los que intervino numeroso material informático y diversa documentación que ahora está siendo analizada, mientras que la operación sigue abierta y no se descartan más arrestos.

El ministro señaló que «el proceso de captación y radicalización se produce actualmente en un 80 por ciento a través de las redes sociales y el 20 por ciento restante a través de centros de culto y prisiones, mientras que hasta hace tres o cuatro años era al revés». De hecho, el grupo desarticulado divulgaba el ideario yihadista mediante comunicaciones con un elevado grado de privacidad, algo que conseguían usando plataformas virtuales dotadas de filtro de seguridad. La red había logrado extender sus ramificaciones a España y Marruecos, además de ser capaz de mantener contacto con terroristas ubicados en zonas de combate, lo que les permitía disponer de datos en tiempo real de las circunstancias que facilitaban o impedían los desplazamientos de voluntarios que trataban de engrosar las filas del EI. El proceso de funcionamiento del grupo desarticulado se iniciaba cuando alguno de sus miembros mostraba públicamente su compromiso con la organización terrorista, justificando sus acciones y acatando totalmente su ideario.

Una vez culminada la captación de la persona, la red procedía al aislamiento de los nuevos miembros, a quienes solo autorizaba a tener contacto con otros componentes del grupo.