«Somos gente trabajadora que queremos educar a nuestros hijos en los valores del respeto, la convivencia y la paz». Este es solo uno de los muchos mensajes que la Comunidad Islámica de Xeraco quiso transmitir ayer después de haberse reunido con el alcalde de la localidad, Francesc Serralta y representantes de todos los partidos políticos. El motivo, obviamente, la sacudida que para el colectivo árabe, y también para el resto de vecinos, ha supuesto la detención, el domingo pasado, de una joven de 20 años acusada por la policía de captar yihadistas para el terrorismo internacional.
Todos colaboraron en ese encuentro que tenía como omisión lanzar una llamada a la concordia para evitar que este hecho pueda repercutir negativamente en las relaciones de convivencia que siempre han existido en Xeraco entre el colectivo árabe y el resto de los ciudadanos.
De hecho, en ese encuentro nunca se dio la imagen de radicalismo, sino más bien al contrario. Por parte del colectivo de familias árabes acudieron hombres y mujeres, algunos de ellos jóvenes, que transmitieron su total rechazo a la violencia.
Layla H, la detenida el domingo, era miembro de esa asociación y por eso en primer lugar el colectivo señala su sorpresa «por la buena conducta» que hasta ahora había manifestado. Pese a eso, el colectivo expresa su «respeto a la justicia española» para que se aclaren los supuestos delitos que se le imputan.
En ese punto la comunidad islámica señala que «el pueblo árabe es el más castigado por las acciones terroristas» y que, por ese motivo, «apoyamos las acciones que conjuntamente realizan los gobiernos de Marruecos y de España», en clara referencia a la operación policial del domingo, que también se saldó con seis detenidos en el reino alauita.
Tras señalar que sus familias están integradas en Xeraco, y pone como ejemplo que en la escuela y en la calle los más jóvenes hablan en valenciano, ofrece su colaboración «para fomentar la máxima convivencia a través de reuniones, charlas y otras acciones que puedan erradicar la discriminación».
Doscientos musulmanes
El alcalde de Xeraco, Francesc Serralta, señaló posteriormente que la comunidad árabe agradeció los gestos de serenidad emitidos desde el ayuntamiento para evitar que este suceso deteriore las relaciones entre colectivos que conviven desde hace años.
La reunión, de la que se prefirió no tomar imágenes, duró una hora y fue «constructiva» según todas las partes. Xeraco, un municipio de seis mil habitantes, tiene empadronadas más de doscientas personas de confesión islámica, la inmensa mayoría marroquíes.
