La «senyera» tiene ángel. Cientos y cientos de personas pasaron ayer por el Salón de Cristal del ayuntamiento y le hicieron fotos a tutiplén. Unos, un primer plano; otros, un selfie. Y lo más normal, posar con la bandera de todos al lado. Algunos aprovechaban e inmortalizaban a la agente de policía vestida de gala, como si de un granadero británico se tratara. Pero también había observaciones en silencio y algún lanzamiento de besos.

«Este año la festividad se ha movido mucho por las redes sociales. Ha sido un auténtico fenómeno», dice Enol Blasco, un joven experto en obtener informaciones culturales para enriquecer la red. Fue uno de los que acudió a fotografiarse «porque soy de Valencia y me gusta». Hay madres como Ángela que no dudan en permitir que su hijo se «pele» la clase para recibir un rebozado cultural. «A Joel le han explicado este año qué es el 9 d'Octubre y creo que lo ideal era que la conociera de cerca. También hemos ido al balcón y hemos gritado el "senyor pirotècnic"». Estela Peñarrocha lo hace, como muchos, «porque me hace ilusión y por sentimiento. No soy una fanática, pero es algo muy mío».

Colegios de Valencia y poblaciones de alrededor aprovecharon las excursiones extraescolares para acudir a conocer tanto la casa consistorial como este regalo extra. El Serpis del Cabanyal aprovecha y se hace la foto con el concejal Pere Fuset, que pasaba por allí. Los colegios internacionales pasan conscientes de que es una bandera, pero sin profundizar especialmente a qué tipo de territorio representa. Ni parece importarles mucho. Todas estas sensaciones se convierten también en materia de reporterismo. Ángela Aguilar, Beatriz Arcón y Alberto García toman notas también para sus clases de periodismo de la Universitat de València.

La foto ideal significa poner recto el dispositivo electrónico, ya sea el teléfono o la cámara. Pero los hay que se recrean en el detalle. Y para eso, ninguno como la cimera, con ese yelmo por el que casi no entraría ni un balín y el «rat penat». Por supuesto, está prohibido tocarla o franquear el cordón rojo que la separa del público.