Valencia es desde ayer la capital de la atención primaria de España. Cuatro mil facultativos de todo el país que trabajan en el «primer escalón» de la sanidad asisten al 37 encuentro nacional de la Sociedad Española de Medicina de Atención Primaria (Semergen) que se celebra en el Palacio de Congresos y donde se van a dan a conocer resultados de estudios pioneros como la situación del anciano frágil en España (el que va a pie a la consulta), de cómo fármacos para la diabetes pueden influir en el aumento de patologías cardiovasculares, de la comorbilidad que sufren 7 millones de personas con artrosis (ansiedad, depresión, obesidad, diabetes...), pero sobre todo van a hablar de lo que ven en la consulta y lo que investigan los 35.000 médicos de familia de España. Se han presentado 2.500 comunicaciones.

Y una de las primeras cosas que ven venir, y así lo anunció ayer el presidente y médico valenciano José Luis Llisterri, es un aumento importante de enfermos dentro de siete años porque «muchos han abandonado la medicación porque no podían pagarla».

Llisterri también aludió a la falta de equidad que existe en la prescripción de fármacos y en la solicitud de pruebas. Aunque todos sean médicos de primaria y trabajen en el «primer escalón» de la sanidad, no todos pueden usar el mismo Vademécum ni solicitar las mismas exploraciones para sus pacientes.

A modo de ejemplo, solo algunos pueden recetar un nuevo fármaco anticoagulante que sustituye al Sintrom y cafrece de los efectos secundarios de éste. Otros no pueden ordenar un ecocardiograma... De hecho, en una encuesta nacional la mitad de los facultativos reconoció que tenía muchas dificultades para prescribir nuevas terapias.

Tener una cartera de servicios equitativa en todo el pais es una de las reivindicaciones de estos profesionales. En el mismo orden de prioridades está la petición de aumentar la dotación económica para la Atención Primaria (es el 10 %, y piden el 20%).

Algoritmos e inmigrantes

Ese «abandono» presupuestario, lastrado durante años, hace que casi la mitad de los médicos piensen que la situación ha ido a peor y un 60 % es pesimista ante el futuro.

La lista de espera, de tres a cuatro meses, que hay en especializada para atender pruebas y exploraciones de los pacientes remitidos por estos médicos también es otra de sus críticas al sistema. Y ya en la C. Valenciana, Llisterri solicitó a la consellera «la derogación» de los algoritmos, «para no dar un medicamento con un click, sino basadonos en el razonamiento clínico».

En cuanto a los inmigrantes sin papeles, Llisterri exigió la derogación del decreto 16/2012 que los excluyó y pidió la sanidad universal para todos pero, matizó, con «un registro de historia informatizada» para valorar la situación del paciente.