El nacionalismo valenciano está de luto. Uno de sus principales referentes, Francesc de Paula Burguera, falleció el pasado viernes a los 87 años, en su municipio natal, Sueca. Sus allegados coincidían ayer en asegurar que se ha ido con la satisfacción de haber visto culminada la que muchos creen que es «su obra», la presencia de un partido de corte valencianista (Bloc) tanto en el gobierno de la Generalitat, como con representación en una institución que él conocía bien, el Congreso.

Fue en ese feudo cuando empezó a convertirse en un símbolo. En 1977 salió elegido diputado de UCD por Valencia. Solo estuvo dos años en el Congreso, lo que duró la legislatura constituyente, suficiente para dejar claro que sus convicciones estaban por encima de todo. Fue de los pocos que se negó firmar la Constitución al considerar que atentaba contra la identidad valenciana. Aquello le llevó a abandonar la UCD y pasó a formar parte del Grupo Mixto.

En 1980 fundó el Partit Nacionalista del País Valencià (PNPV), que con posterioridad, al incorporar al Agrupament d'Esquerra del País Valencià, se convirtió en Unitat del Poble Valencià (UPV), precursor del actual Bloc, ahora integrado en la coalición Compromís.

Con el PNPV intentó defender los intereses de los valencianos en el Congreso pero en las elecciones de 1982 fracasó y eso le llevó a retirarse de la política. Andreu Banyuls, histórico dirigente del Bloc, asegura que Burguera «vio que el problema no estaba en el plano político, sino en que la sociedad valenciana no acababa de creer en el concepto de país».

Pere Mayor, exsecretario general del Bloc destacó su contribución a lo que hoy es el valencianismo que está instalado en las instituciones. «Siempre fue fiel a su lengua y al país» y su principal escollo fue que militó en la «época más difícil para el nacionalismo».

Fue jefe de prensa de Convergència i Unió (CiU) en los 80 tanto en el Congreso como en el Senado. «Tenía muy buena relación con Jordi Pujol y también forjó una gran amistad con José Luis Rodríguez Zapatero», recuerda Josep Antoni Blai, excorresponsal parlamentario.

El presidente de las Corts Valencianes, Enric Morera, destacó de él que «trabajó por un valencianismo de consenso, rompiendo con la dinámica cavernícola y retrógrada que nos impusieron desde Madrid». Explicó que la última vez que le vio, «le noté muy satisfecho de ver que el trabajo de miles de personas, pero el suyo principalmente, había dado sus frutos en la defensa de nuestros intereses».

De Sueca también y diputado por Compromís en el Congreso es Joan Baldoví. Quien fuera alcalde de la localidad de la Ribera Baixa lamentaba ayer «la muerte de un referente y un maestro».

Amplio reconocimiento

Francesc Burguera mantuvo una estrecha amistad con su paisano, Joan Fuster, también escritor y padre del nacionalismo valenciano, con quien compartió ideales políticos y literarios. De Paula es autor de obras como «Ara sóc ací», «L'home de l'aigua», «De cara al País» y «L'Obsessió pel País». En 1990 ganó el premio de ensayo de los XIX Premis Octubre con su obra «És mes senzill encara: digueu-li Espanya». Colaboró en varios medios, entre ellos Levante-EMV.

Recibió la medalla de oro de la Ciudad de Sueca en 1998. También fue nombrado hijo predilecto. Ese mismo año fue condecorado con la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña y recibió el premio Vicent Ventura de las universidades de València y Jaume I de Castellón en 2008, y fue miembro de la Orden del Mérito Constitucional. En 2006 recibió el Llibertat d´Expressió de la Unió de Periodistes.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, usó Twitter para homenajearle. «Paco Burguera ha sido un valenciano de bien, un político digno, una persona decente que siempre echaremos de menos. Hasta siempre. Gracias amigo».