Los nuevos gestores de la Diputación de Valencia están decididos a primar con fondos adicionales a los municipios más transparentes. El ente provincial va a rediseñar los planes provinciales y la forma de distribuir el dinero entre los municipios que imperó en la era Rus. El clientelismo y los besamanos no tendrán cabida, aseguran.
Así, está ya decidido que los ayuntamientos que no cumplan unos mínimos de salud democrática serán castigados. En cambio, quienes gestionen mejor recibirán más dinero en forma de subvenciones. Por ejemplo, las condenas por ocultar información a la oposición o las llamadas de atención del Síndic de Comptes por no cumplir con la rendición de cuentas saldrán caros a partir de ahora a los ayuntamientos, que perderán ayudas. No todas, porque existirá un mínimo asegurado para todos. Sin embargo, quienes incumplan la transparencia no podrán acceder a una especie de plus que la diputación sí ofrecerá al resto.
Se valorarán como méritos, y tendrá que certificarlo el secretario municipal, cuestiones como el superávit en las cuentas, la existencia de planes de igualdad, la contestación a requerimientos de la oposición en tiempo y forma, los portales de transparencia, los presupuestos participativos que empiezan a poner en marcha muchos ayuntamientos de izquierdas, o los consejos de participación que permitan a asociaciones y colectivos participar en la vida pública.
Salud democrática municipal
La diputación considera que del mismo modo que el Ministerio de Hacienda controla la salud democrática de los ayuntamientos, el ente provincial puede medir la salud democrática de cada uno de los ayuntamientos. En esencia, el mensaje que quiere trasladar la nueva diputación es que hacer las cosas bien será mérito en el futuro.
Además, el nuevo gobierno va a trasformar los planes de la diputación. Aspiran a que las subvenciones tengan incidencia en la gestión cotidiana y dejen de ser «limosnas». Habrá menos planes, pero estarán mejor dotados y los ayuntamientos tendrán más autonomía para decidir en qué gastan el dinero. Con ello se busca que los municipios tengan mayor capacidad de planificación.
