Centenares de personas entre familiares, amigos y vecinos de Francesc de Paula Burguera quisieron darle ayer el último adiós al que fue todo un referente para el nacionalismo valenciano.

Cubierto con la bandera de Sueca, el féretro del político y escritor, fallecido el pasado viernes a los 87 años, presidió el salón de plenos del Ayuntamiento de Sueca, su municipio natal. En la sala, sus allegados, entre los que se encontraba su hija, María José Burguera, recibían a los vecinos y autoridades que se acercaron a presentarle sus respetos a quien era uno de los últimos referentes culturales del municipio.

Entre las personalidades que acudieron, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que un día antes había expresado a través de Twitter el pesar por la pérdida del que, dijo, era su amigo. Puig reconoció el trabajo de Burguera como una persona «decisiva para conseguir el autogobierno de los valencianos, pese a lo cual no ha tenido el reconocimiento que se merecía». El presidente señaló, a renglón seguido, que «es momento de honrar su memoria y explicar a los valencianos que no lo conocían que se va una persona que siempre pensó antes en los intereses de los valencianos que en los suyos propios, y eso le reportó algún que otro problema».

También pasaron por la capilla ardiente dirigentes del Bloc de varios municipios, que firmaron en el libro de condolencias, y el diputado en el Congreso de los Diputados, el también vecino de Sueca Joan Baldoví.

La alcaldesa del municipio, la nacionalista Raquel Tamarit, habló de Burguera como «un referente muy importante» y «buena persona». Aseguró que desde el ayuntamiento que ella preside «teníamos claro que íbamos que acogerle y así lo hemos hecho».

El municipio le otorgó al fundador del Partit Nacionalista del País Valencià (PNPV) la Medalla de Oro de la ciudad en 1998. Además, tiene una calle dedicada en la localidad. Tamarit recordaba ayer que «fue el primer valencianista que hubo en el Congreso y era de Sueca» y que «ahora es Baldoví quien sigue sus pasos».

Este martes será incinerado

Una de las últimas voluntades del fallecido era que en su funeral sonara la «Muixeranga». Lo hará en dos ocasiones. La primera vez durante la bajada del féretro del salón de plenos, ubicado en el primer piso del ayuntamiento, y la segunda cuando finalice la misa. El cuerpo de Burguera será incinerado este martes en la intimidad y posteriormente los restos serán enterrados en el pabellón de hijos ilustres de la ciudad de Sueca, en un acto al que también acudirá solamente la familia del fallecido.