La Comunitat Valenciana cuenta con 50.000 familias cuyos ingresos no superan los 532 euros al mes que marca el Indicador de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), lo que implica graves dificultades para asumir las facturas del suministro eléctrico básico. Sin embargo, esta dificultad también existe en otras tantas familias valencianas que, a pesar de contar con unos ingresos mayores, afrontan las diferentes facturas con rentas de 600 o 1.000 euros, lo que también les impide hacer frente a los recibos que llegan, si o sí, todos los meses.
Sin embargo, quedan fuera de la mayoría de ayudas del sistema público. Por ello, estas familias se encuentran en una situación de «pobreza invisible» ya que carecen de suficientes ingresos para afrontar los pagos pero ganan más de 532 euros al mes. Esta situación, sin embargo, cambiará en 2016.
Y es que el Consell está trabajando en un plan para combatir la pobreza energética en la Comunitat Valenciana con el objetivo de ayudar a las miles de familias en el pago de las facturas de la luz, pero también en las del agua y el gas. Un plan ambicioso que se pondrá en marcha en 2016 con el objetivo de evitar cortes de estos suministros por el impago de los recibos en los hogares valencianos. Aún así, el secretario autonómico de la conselleria de Igualdad, Alberto Ibáñez, reconoció ayer que «será imposible acabar con la pobreza energética en un solo año».
Sin embargo, el camino ya está marcado, el objetivo está claro y la conselleria ya ha empezado a trabajar en el nuevo plan contra la pobreza energética mientras aplica el que ha «heredado» del anterior gobierno, el denominado cheque energético, que supone pagar 100 euros al año a 10.000 familias con dificultades para afrontar los recibos de la luz.
Gestión municipal de los fondos
El Consell no está solo en la elaboración del nuevo plan que combatirá la pobreza energética. Ayer, tras una reunión, tanto la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas como las tres diputaciones de la Comunitat Valenciana se comprometieron a preparar una partida económica a repartir entre los ayuntamientos para que sean éstos quieren gestionen las ayudas, de forma que el usuario tenga una «ventanilla social única» que no le obligue a peregrinar entre las diferentes Administraciones en aras de gestionar y conseguir las subvenciones. Para distribuir la partida entre los diferentes ayuntamiento se tendrán en cuentan dos aspectos: la población y la ubicación geográfica. «No es lo mismo caldear un hogar en Vilafranca que en una localidad de la costa», explicó Ibáñez».
Pero ahí no acaba la cosa. El secretario autonómico explicó que las ayudas tendrán un carácter «universal» para que se puedan beneficiar las personas mayores que, hasta ahora, quedaban excluidas con unos requisitos a los que solo tenían acceso aquellas familias con menores en el hogar. «Los mayores son uno de los colectivos más vulnerables y también podrán optar a las ayudas», añadió Ibáñez. Además, la conselleria también valorará la «unidad de convivencia» en lugar del núcleo familiar.
«En los requisitos no estaban incluidas las personas que conviven juntas para unificar los gastos. Nosotros valoraremos la unidad de convivencia», añadió Ibáñez. Por último, el Consell aumentará el mínimo de ingresos que debe tener un hogar para acceder a las ayudas. «Este elemento corrector se modificará pero aún debemos concretar donde pondremos el corte», concluyó.
