Pompeya. 25 de agosto de 79 d. C. El volcán Vesubio lleva casi 24 horas escupiendo material incandescente y toneladas de ceniza sobre las villas romanas en su falda. Un grupo de 15 fugitivos corren hacia la necrópolis de Porta Nola, con la esperanza de escapar del opresivo ambiente de la ciudad. Allí hallarían su muerte. Dos investigadores valencianos, Rosa Albiach y Llorenç Alapont, indagan ahora en las últimas horas de estos pompeyanos al dirigir un proyecto internacional que trabaja sobre los calcos, realizados con yeso alrededor de los cadáveres que murieron en agosto de hace casi 2.000 años.

El proyecto empezó en 2010, pero Alapont y Albiach se incorporaron en 2014. Trabajan en la necrópolis de Porta Nola, a las afueras de la ciudad, hacia donde un grupo de patricios, libertos y todo tipo de habitantes de Pompeya huyeron cuando el volcán entró en erupción. «Se comenzó a excavar a finales del siglo XIX y queremos completar y revisar estas excavaciones», explica Albiach, que actualmente trabaja en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM). La investigación emplea un poderoso TAC láser para atravesar los calcos.

«Eran algunas de las personas que escapaban de las piedras o de los edificios que se caían o de la ceniza del momento», explica Albiach. «Un día después de la erupción aún seguía gente huyendo y se reunieron en la necrópolis y murieron allí», comenta la experta, que explica que aún no tienen claro cómo murieron aquel día de agosto del año 79 d. C.

«Sabemos que no se quemaron sino que quedaron cubiertas por ceniza y fango», asegura Albiach, que apunta que ahora mismo la hipótesis con la que se trabaja es que fallecieron asfixiados por la ceniza y la densidad del aire. «Parece que llevaban horas respirando contaminación y finalmente murieron en la necrópolis», comenta Rosa Albiach.

Tras trabajar todo el verano, ahora recopilan todos los datos de sus investigaciones para participar en un catálogo internacional sobre los fallecidos en Porta Nola. Aunque ya se habían encontrado dos, es sobre estos quince sobre quienes Albiach y Alapont han centrado sus esfuerzos. Son cuatro hombres identificados. Del resto aún se desconoce el sexo.