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Polémica alimentaria

Los pecados de la carne

Las carnicerías consideran una barbaridad la «alarma social generada» por la OMS al calificar de cancerosa la carne procesada e igualarla con el tabaco o el arsénico - Los consumidores ignoran el informe porque aseguran que la clave «está en las cantidades»

Los pecados de la carne

Primero llegó la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS): el consumo de carne procesada aumenta el riesgo de cáncer de colón. Luego, los matices: el riesgo de cáncer colorrectal aumenta en un 18% si se come, cada día, 50 gramos de carne procesada. Y por último, la inclusión de la carne roja en la advertencia, lo que implica la ingesta de carne de vaca, cordero, buey y cerdo, aunque calificada como un carcinógeno «probable».

La clave reside en el cambio de clasificación de estos productos por parte de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la OMS. Así, las carnes elaboradas „como salchichas, hamburguesas, embutido o bacon„ se incluyen en la misma lista (grupo 1) donde figura el tabaco, el amianto, el humo del diesel, el arsénico o el alcohol como sustancias «cancerosa para los humanos». De la misma forma, las carne roja se ubica junto al glisofato, un ingrediente activo en muchos herbicidas.

Las reacciones no tardaron en llegar ante una alarma social que ayer se evidenció en el Mercado Central de Valencia. En las carnicerías, el informe de la OMS cayó como un jarro de agua fría. Y es que, con ésta, ya llevan tres «crisis de la carne». «Primero las vacas locas, luego la peste porcina y ahora esto. Hay que ser más riguroso. Este tipo de informes lo único que genera es alarma social y un grave perjuicio para todo el sector. La carne es básica en la alimentación pero no hay que abusar. Esa es la clave, pero eso ya lo sabíamos. Hubiese sido mejor que recomendaran la dieta mediterránea o instar a que no se abuse de determinados alimentos, pero no decir la barbaridad que han dicho. El mensaje de que la carne procesada es cancerígena ha calado en la población aunque, sinceramente, da la sensación de que nadie le haya hecho caso», apuntaba ayer Natalia Palanca, responsable de la carnicería que lleva el apellido familiar. La misma opinión, aunque con otros calificativos como «barbaridad», una «vergüenza», «un daño irreparable que sumamos a la crisis económica» o «intereses ocultos que desconocemos» la repitieron hasta la saciedad desde distintas carnicerías del Mercado Central tras indicar, además, que las carnes procesadas constituyen el 50% de la venta.

Alertas «cíclicas»

Los consumidores conocían ayer a la perfección el informe de la OMS, pero no le daban credibilidad. Desde las carnicerías aseguraban que las ventas „tato de carne procesada como roja„ no se habían visto afectadas. Al menos, ayer.

Emilio Fernández, médico psiquiatra de 63 años, aseguró ayer que este «tipo de informaciones» se repiten de forma cíclica en favor de «intereses económicos». Y puso, como ejemplo, la sacarina y el ciclanato. «Hace años la sacarina se vendía menos que el ciclanato, otro tipo de edulcorante no calórico. Así que se dio bombo a un informe donde se aseguraba que su consumo era perjudicial para la salud. Y lo era, si tomabas un kilogramos de ciclonato diario. A mí me parece lo mismo. Por eso voy a seguir consumiendo exactamente la misma carne que antes que, sinceramente, tampoco es mucha así que estoy muy tranquilo», explicó el doctor.

De esta forma, los consumidores se mostraban ayer tranquilos mientras apuntaban a «intereses de mercado ocultos» que intentan que «por lo que sea ya no consumamos este tipo de productos. No es la primera vez que pasa y ya nos empezamos a acostumbrar».

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