El Gobierno de izquierdas salido de las urnas del 24M ha enterrado el hacha de la austeridad en sus primeros presupuestos. Unas cuentas que, en apariencia, descienden el 0,2 % (de 17.191 a 17.155 millones) pero que, en la práctica, esconden un incremento neto de casi mil millones „912 millones„ respecto a este año a repartir en más gasto de las diferentes conselleries. La explicación está en el «Servicio de la Deuda», que para 2016 cae un 18,9 % básicamente por el plan del ministro Montoro del FLA al 0 % de interés, lo que liberará recursos por 646,9 millones. Así se explica que, pese a la bajada, todas las conselleries suban „con crecimientos espectaculares del 18,7 % en Presidencia o del 17,3 % en Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad„ en unas cuentas donde el gasto de funcionamiento se dispara un 9,3 %; las subvenciones, un 13,8 %; las inversiones, un 10,3 %; y el coste del personal, un 3,4 %.
El riego de recursos ha servido, además, para garantizar la paz interna en el Consell del PSPV-Compromís apoyado por Podemos, máxime con elecciones de por medio. Los fondos se nutren de los 1.048 millones que la Generalitat recibirá de más el próximo año por el modelo de financiación (hasta sumar 9.120 millones), derivados de la tibia recuperación, y los citados casi 700 millones de ahorro en intereses. En total, 1.700 millones disponibles respecto a este año. El punto de partido, sin embargo, eran unas cuentas de 2015 que incluyen 1.600 millones ficticios en ingresos inexistentes e impuestos hinchados del Consell de Fabra. El nuevo Ejecutivo podía haber destinado el oxígeno financiero a cubrir ese agujero, cumplir el tope de déficit del 0,3 % para 2016 y ceñirse al dinero consignado „a menudo, por debajo de la realidad del gasto„, con todas las limitaciones que ello conllevaba.
Sanidad: Un billón de pesetas
Lejos de ello, ha optado por cubrir parte del boquete que dejó el PP con unos ingresos que tampoco existen, los 1.325 millones previstos por la eventual reforma del sistema de financiación, al tiempo que ha dotado su programa social y ha aflorado gasto real que el anterior Consell mantenía infrapresupuestado. Sanidad es un claro exponente: Los gastos de funcionamiento del Consell subirán en 2016 en 270,1 millones; el 70 %, 191 millones, corresponden a Sanidad que, en las cuentas consolidadas, superará por primera vez el billón de las antiguas pesetas, 6.078,8 millones de euros. Igualmente, todo el capítulo de subvenciones de la Generalitat aumenta 455,9 millones. Más de un tercio, 160 millones, se destina a elevar hasta 1.020 millones la previsión para las recetas.
«Hemos hecho la cuadratura del círculo», proclamó ayer el conseller de Hacienda, Vicent Soler, tras entregar el proyecto presupuestario al presidente de las Corts, Enric Morera, al defender que han «reducido el déficit en términos relativos y aumentado el gasto social». «Hay expansión del gasto en algunas partidas y, sobre todo, redistribución, para primar el gasto social, porque los recortes se han acabado en la C. Valenciana», enfatizó Soler.
La reducción del déficit se refiere a que mientras este año prevé liquidarlo con un déficit superior al 2 % del PIB (equivalente a más de 2.000 millones, cuando el tope del ministerio son 700 millones, el 0,7 %), el próximo lo cerrará con un 1,6 máximo en números rojos. Ahí lanzó un nuevo desafío al Gobierno: «Si no vienen los 1.300 millones por la nueva financiación, tendremos un déficit, no del 0,3 % „el límite para 2016„, sino del 1,6 %», aseveró.
La tasa turística, en estudio
El conseller insistió en defender la consignación de los 1.325 millones al presentar los presupuestos como un documento de «reivindicación» ante el Gobierno, ya que es la cantidad que le falta a la Comunitat, actualmente con un nivel de gasto de 152 euros por debajo de la media, para alcanzar el promedio de financiación de las comunidades. «Cinco millones de personas en España están maltratadas», clamó.
Soler enfatizó que se ha hecho un esfuerzo «por ajustar al máximo las partidas al gasto real», pero también las de ingresos sobrevalorados. Así, la recaudación por el impuesto que grava el ladrillo (trasmisiones patrimoniales) baja un 2,9 %, quedándose con 969 millones; por IRPF habrá 2.877 millones, un 1,9 % menos; en Sucesiones y Donaciones, 192 millones, un 8,6 % menos; o en Juego, un 12,7 % menos. En cambio, el impuesto de Patrimonio, que se ha subido, suma 136 millones, un crecimiento del 18 %. Con todo, la reforma tributaria se deja para 2017. La tasa turística no se incluye para 2016 pero la secretaria autonómica Clara Ferrando indicó que han hablado con el sector y «puede ser que haya un punto de acuerdo» en el futuro para obtener ingresos por esta vía y mejorar el modelo turístico.
En conjunto, la recaudación por impuestos directos caerá un 1,2%, hasta 3.250 millones, mientras la de los indirectos subirá un 4,5%, hasta 6.075 millones. En IVA se crecerá un 9,4 % (3.458 millones). En los tributos propios el batacazo es del 24,1%, 615 millones, por los ajustes.
Beneficios fiscales, 1.296 millones
El Ejecutivo, pese a la escasez de recursos, aumenta el perdón de impuestos (beneficios fiscales) a los ciudadanos, de los 1.230 millones de este año a los 1.297. Los del Consell crecen un 24 % (de 396 a 491 millones) mientras los que dependen del Estado, bajan un 3,4 % (de 834 a 806 millones).
A pesar del incremento inversor, Soler dejó claro que «se ha acabado la época de las grandes inversiones» y a partir de ahora se mirará «la viabilidad e impacto productivo y social». En personal, el aumento del 3,4 %, hasta sumar 5.299 millones, se explica por el aumento del 1 %, la carrera profesional y el último 50 % de la paga extra suprimida en 2012.
