El género epistolar remonta a la Biblia y un democristiano como José Manuel García-Margallo ha escogido las cartas para reflexionar sobre la política española e internacional. Siguiendo la tradición que cultivó Azaña, el político popular traza su ideario a través de la correspondencia.

«Cuando se nombra a un Ministro de Asuntos Exteriores, una cosa está clara desde el principio: va a usar mucho el avión», escribe Mariano Rajoy en el prólogo de Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión de José Manuel García-Margallo, diputado del PP por Valencia durante ocho años (1986-1994) y europarlamentario otros 17 años. El propio presidente del Gobierno atribuye a su «amigo» el éxito de la creación de la «Marca España»

El ministro que puede encabezar las próximas listas del PP por Valencia o Alicante, con casa en Xàbia donde sus tertulias veraniegas son cita obligada en la clase política española, ha recorrido durante cuatro años al frente de la diplomacia española 800.000 kilómetros „lo equivalente a 20 vueltas al mundo„, en 1.000 horas de vuelo.

El libro arranca con su respuesta a un diplomático escrita desde el Airbus 310 camino de Nueva York antes de conocerse la decisión que España ocuparía un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, en octubre de 20014. Una de las gestiones diplomáticas de la que está más satisfecho. «Cuando se llega adonde yo he llegado „y no me refiero a mi actual cargo, sino a la altura vital desde la que te hablo„ se comprende que no hay diferencia entre una y otra necesidad: vivir y navegar son uno y lo mismo», escribe García-Margallo en la introducción. La crisis de Ucrania, el papel de Rusia, Libia, el proceso de paz en Oriente Medio, Irán, África, los retos asiáticos de China e India; y como no, el mundo iberoamericano sirven de enganche para hablar del papel internacional de España.

Un ensayo epistolar que descubre a un político con vocación literaria. Un García-Margallo con contactos en todo el espectro político, como recoge su correspondencia con Felipe González „«querido presidente y amigo»„ y donde deja clara su vocación monárquica. «Los que vivimos la Transición sabemos, mejor que nadie, todo lo que la España de hoy debe al Rey Juan Carlos». También se cartea con José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, y queda patente su estrecha relación con Javier Solana

Interesante es su correspondencia con Josep Piqué, exministro de Exteriores sobre El dilema de Cataluña, donde Margallo parafrasea a Pierre Villar en su Historia de Cataluña: «si acepto la responsabilidad de decir lo que pienso sobre Cataluña „y lo hago en cualquier lugar y circunstancia„ es porque me siento, al mismo tiempo representante político y ciudadano español. Y no puedo asistir, de brazos cruzados, al debate sobre el destino de una parte tan esencial de lo que soy».