De nuevo a las urnas. El drama seriado en que el Bloc ha convertido el pacto entre Compromís y Podemos tendrá un desenlace a la altura del conflicto. Por tercera vez la militancia del partido nacionalista decidirá en una votación si hay o no pacto a la izquierda del PSPV. Primero, a mediados de agosto, un referéndum descafeinado y no vinculante dio luz verde a las negociaciones. Un mes después, otra votación, ya decisiva, dijo no al acuerdo por amplia mayoría. Y, ayer, el Consell Nacional del Bloc acordó por un 75 % abrir de nuevo las urnas. Fue a propuesta del secretario general y después de que el sector más esencialista reclamara que si se quiere converger sólo un referéndum podía anular el sentido de otro referéndum.

Esta vez, Morera se la juega. Lo que la militancia del Bloc votará este martes por internet puede poner en riesgo la integridad de Compromís. Si dice «no», Compromís se enfrenta a un escenario de más que posible ruptura. Iniciativa parece decidido a presentarse al 20D con Podemos, como ya deslizó Mònica Oltra. Habría que ver entonces qué ocurre con la marca Compromís.

La alternativa es la fórmula de Morera. Una coalición amplia, formada por Compromís, Podemos y Esquerra Unida («Unitat Popular»). Tendría una personalidad jurídica propia y valenciana, no dependiente de Podemos, controlada económicamente por Compromís y con el nacionalista Joan Baldoví de portavoz. La «coalición electoral valenciana se presenta para sacar grupo propio», reza el documento aprobado ayer por el Consell General. Y si la Mesa del Congreso hiciera una lectura restrictiva del reglamento y no quisiera concederlo pese a tener el mínimo del 15 % de los votos y 5 diputados, «nuestros diputados irían al grupo mixto, nunca al grupo de otros partidos estatales», dice el documento presentado ayer. Esa candidatura tendría un nombre genérico „se habla de 'Decidim' entre otras„ seguido de Compromís, Podemos y Unitat Popular.

De alguna forma, con esta propuesta que ya tiene más o menos el beneplácito de Podemos, Enric Morera se somete a una especie de plebiscito. Con alguna salvedad, el documento representa la «marea taronja» diseñada este verano por el dirigente como tercera vía al bloqueo entre el «No» a cualquier pacto de los críticos de su partido y la mera suma de siglas que presentaba a Compromís como satélite de Podemos.

ERPV llama a la puerta

Morera hará ahora campaña por el sí. Con todo, la militancia acudirá a las urnas sabiendo que el deseado grupo propio no está garantizado y sin conocer el programa en clave valenciana que Pablo Iglesias está dispuesto a jurar. Tampoco sobre el protocolo electoral. Se puede dar la circunstancia de que Podemos e Izquierda Unida, rivales a nivel estatal, vayan juntos en la C. Valenciana.

En un sentido u otro, todo se resolverá antes del viernes, 6 de noviembre, fecha límite para presentar coaliciones. Ayer, por otro lado, Esquerra Republicana (ERPV) apostó por participar en una «amplia plataforma electoral valenciana y valencianista que pueda lograr un grupo en al Congreso de los Diputados». Fue su forma de llamar a la puerta de esta plataforma, aunque aún no ha habido contactos formales, según apuntan desde Compromís. ERPV acordó también concurrir de forma conjunta con Esquerra Nacionalista Valenciana (ENV) a las elecciones generales.