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Análisis

"Queríamos que [Sanz] se declarara culpable y nos dejara vivir en paz"

Las tres periodistas de RTVV y el abogado que han logrado la condena de Vicente Sanz narran el calvario vivido hasta lograr la condena a Vicente Sanz - «Su condena empezó cuando lo denunciamos. Ahora sólo queremos continuar con nuestras vidas»

El letrado de las tres periodistas de RTVV que han ganado el juicio contra Sanz, José Luis Gavidia. germán caballero

Varios años de acoso sexual, que en demasiadas ocasiones traspasó la frontera del abuso. Una denuncia en el juzgado por estos hechos que pone tu mundo y el de tu familia patas arriba. Cinco años de tortuosa instrucción judicial, de presiones, persecuciones y un sin vivir continuo. Llega por fin el juicio y tu acosador se sienta en el banquillo. Y salta la sorpresa. Su abogado ofrece admitir los hechos, si se rebaja la acusación hasta el límite legal (tres años por cada delito más grave) que permite permutar cárcel por multa. ¿Qué haces? ¿Sigues adelante y vuelves a exponer los peores años de tu vida a la vista de todos para conseguir una condena de cárcel, que puede ser pírrica? ¿O aceptas que se reconozca culpable a cambio de pagar una multa e indemnizaciones sin pisar nunca la cárcel? La decisión se toma en minutos. El tribunal espera. Las víctimas tienen la última palabra.

Y, en este caso, eligen recuperar su vida. Zanjar el asunto y pasar página. «Sólo queríamos que [Sanz] se reconociera culpable y que nos dejara en paz», explican las tres periodistas y el abogado, José Luis Gavidia, que han conseguido la condena por acoso y abusos sexuales a Vicente Sanz, ex secretario general de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) y ex mandamás del PP en los años 90.

No ha sido un trayecto fácil. A las víctimas de este tipo de delitos la sociedad siempre les exige un plus de heroicidad. ¿Cómo pudieron caer en sus redes? ¿Por qué no se resistieron más?, suele preguntarse quien no se ha visto en una tesitura similar. Es una experiencia para vivirla en primera persona para saber cómo reaccionará cada cual. Un día llegan los primeros mensajes subidos de tono y los borras, por asco y vergüenza. Después amenazan, acotan y dirigen tu trabajo diario. O el de tu pareja y ex parejas. Y el acosador hasta exhibe un conocimiento íntimo de la vida de tus familiares. «Tu madre está entrando en estos momentos en el Hospital Clínico» o «estoy viendo a tu padre que está en su campo, trabajando», presumió un amenazante Vicente Sanz a dos de las periodistas denunciantes. Hasta que llega el día que te decides a no borrar más mensajes y empezar a recopilar las pruebas del acoso. Sabes que hay más mujeres en la misma situación. Contactas con ellas. Sólo tres deciden dar un paso adelante. El resto da un paso atrás. «Se va a montar mucho follón», alega alguna. «Otra esperaba que al compañero lo cambiara del turno de fin de semana», explica una denunciante. Vicente Sanz pudo llegar a acosar a «tres o cuatro mujeres a la vez» sólo entre 2007 y 2010. Desde 1995 ejercía como jefe de personal de RTVV, para ser ascendido a secretario general en 1999.

Las tres periodistas intentan hablar con los responsables del ente público. «¿Me dejáis que le diga quienes sois? Sanz me ha dicho que tiene cinco carpetas con información de posibles denunciantes», les responde José López Jaraba, director general de RTVV cuando consiguen explicarle qué está pasando. También intentan hablar con Lola Johnson, entonces directora de Televisió Valenciana, que nunca las atendió antes de la demanda. Sanz se entera. «¿De qué quieres hablar con Lola?», pregunta a una de las denunciantes. Las tres mujeres también contactan con destacados dirigentes del PP. Sólo obtuvieron como respuesta un «esperaros a ver qué pasa».

Hasta que ya no pueden más y presentan la denuncia contra Sanz en febrero de 2010. El escándalo es mayúsculo. Y la presión aumenta. Sanz intenta hacerlas desistir a través de terceros. Personas del entorno del ex alto cargo de RTVV llegan a exigir a un restaurante la lista de invitados a la boda de una de las denunciantes, para saber quién ha acudido. O intentan hablar con las psicólogas del Centro Mujer 24 horas que las atendió tras la demanda.

Ninguna presión puede con ellas. Sólo lamentan «la amnesia» de la mayoría de testigos citados a declarar, salvo contadas excepciones, o del resto de trabajadores acosados por Vicente Sanz. Nadie da un paso al frente y apuntala con otros testimonios la denuncia de las tres mujeres. Intersindical y CC OO sí que las apoyan y ejercen la acusación popular. «Sin nuestra denuncia, él nunca habría salido de RTVV. Por eso exigimos respeto. Tenemos nuestra vida. Querían sangre a nuestra costa, pero su condena ya empezó cuando lo denunciamos. Ahora sólo queremos continuar con nuestras vidas».

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