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Subvenciones

El Consell reduce en 150.000 euros las ayudas para atender a enfermos mentales

Más de 5.200 personas con discapacidad están a la espera de una plaza en una residencia pública

El Consell reduce en 150.000 euros las ayudas para atender a enfermos mentales

La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas publicó el pasado 26 de octubre la concesión de ayudas y subvenciones para la atención a personas con discapacidad o con enfermedad mental que lejos de aumentar, disminuyen. Y es que el Consell ha reducido en 150.389 euros la partida económica para estas ayudas. De esta forma, la consignación de la Generalitat para ayudar a los enfermos mentales y discapacitados pasa de 7,6 millones a 7,4 millones de euros.

Son enfermos mentales en situación precaria, sin recursos. Esperan desde hace años poder acceder a una plaza pública en un sistema que está completamente colapsado. Las cifras hablan por sí solas. Los sindicatos denuncian 4.500 personas en lista de espera en Valencia y 750 en Alicante. Todos con un mismo objetivo: conseguir una plaza pública a la que tienen derecho. Todos con situaciones dramáticas silenciadas y muchos de ellos con más de diez años en lista de espera.

Los afectados aseguran que solo quien tiene a un familiar en esta situación comprende la gravedad de no poder atender a un enfermo mental. De vivir en ese infierno. Por diversos motivos. Porque la enfermedad se agrave por el paso de los años, porque falle el tratamiento ambulatorio, porque los padres o cuidadores superen los 80 años de edad y estén enfermos y desbordados, porque el afectado tenga una patología dual (es decir, consumo de tóxicos y graves problemas de conducta incluyendo la comisión de delitos o conductas antisociales), porque existan patrones de violencia de género o violencia familiar crónica con menores de edad que sufran maltrato de padre o madre con enfermedad mental.

En este contexto hay que incluir el caso de los que, directamente, están solos. Y es que hay situaciones extremas de abandono del enfermo mental por desaparición total de la familia. Personas que están solas, desamparadas, sin un familiar que les atienda o controle. Ante una crisis, la única salida de estas personas es ingresar en lo que se denomina «puerta giratoria» de las unidades hospitalarias de corta distancia donde solo podrán estar un breve espacio de tiempo ya que la plaza residencial a la que aspiran no llega. Antes o después el hospital les dará el alta. Aunque exista riesgo para el enfermo o su contexto familiar o social.

Ante esta situación, el sistema público valenciano se muestra insuficiente, incapaz. Los expedientes se acumulan en una Administración desbordada que ha dejado apartados a los enfermos mentales, uno de los colectivos más vulnerables.

4.500 aspirantes para 120 plazas

En Valencia solo existen dos centros públicos para enfermos mentales con 120 plazas. La lista de espera para acceder a una de ellas superan los 4.500 aspirantes. «Estas personas están condenadas a pagar unos precios disparatados en residencias privadas ya que no hay dotación presupuestaria para gestionar subvenciones o ayudas para costear estos precios. Así, la única salida que tienen son los tribunales. Sin embargo, la unidad de tutela de Valencia también está colapsada», denuncian fuentes sindicales.

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