La protección de las viejas rutas que hicieron posible el tránsito de animales, bienes y personas hasta prácticamente el siglo XIX se ha articulado en España alrededor de las vías pecuarias, con una legislación restrictiva que ha permitido un aceptable grado de conservación de este patrimonio público, cada vez más amenazado. En una situación mucho más precaria se encuentran los viejos caminos públicos de ámbito rural que antes unían núcleos de población abandonados o actualmente conectados por carretera. La competencia sobre estas vías es municipal, aunque muchos ayuntamientos carecen de medios y personal para defender su titularidad pública y son presa fácil para grandes propietarios que los vallan e incorporan a sus fincas. j. S. valencia
ÚLTIMA HORA
Conciertos de Viveros 2024 en València: quién actúa cada día