No es cuestión de personas, sino de sistemas. Los problemas de la Educación en España «no se resolverán» incentivando al «buen profesor» con premios económicos, tal y como ha propuesto el nuevo asesor del ministerio de Cultura y Educación, José Antonio Marina.
En eso están de acuerdo todos: profesores, sindicatos, expertos, pedagogos... ¿Cómo se valora al buen docente? ¿por número de aprobados? ¿por el absentismo en sus clases?; ¿Quién evalúa al profesorado? ¿El equipo directivo del centro? ¿las familias? ¿los inspectores de educación? ¿Es mejor maestro el que tiene más número de alumnos aprobados o el que consigue todos acudan a sus clases? ¿Todos los profesores de un mismo centro son igual de buenos o malos?
Demasiadas preguntas para una idea «que no se puede lanzar sin haberla estudiado con detenimiento, algo que no parece que haya ocurrido».
El modelo finlandés de enseñanza es ejemplo. Lo nombran los docentes y los ministros españoles. Lo ponen en el punto de mira cada vez que sale el informe Pisa que hace que el sistema educativo español esconda la cabeza. Año tras año.
Sin embargo, el profesor de Educación Primaria y premio Magisterio 2013, Óscar González, lo resume de forma sencilla: «La educación no es una cuestión individual. No se trata de las personas. Nada mejorará si se incentiva a los profesores. Miramos al modelo educativo de Finlandia, pero un profesor finlandés fracasaría en nuestro sistema educativo. Y lo mismo ocurriría sin Finlandia ´exportara´ a sus maestros. No funcionaría. Y es que no se trata del profesor, sino del entorno, del contexto. De la responsabilidad conjunta y social. Hay que trabajar en esa dirección y sobre todo en la formación del docente».
De la misma opinión se mostró Xelo Vallas, de CC OO, al apuntar que la «excelencia recuerda demasiado al sistema americano y nosotros apostamos por premiar al equipo, no al individuo» ; Francisco Javier González Zurita, de UGT, que apuesta por un modelo formativo similar al MIR sanitario o Marc Candela, del Stepv, que propone «actualizar la formación».
Vicent Ripoll, de la Asociación Valenciana de Directores de Infantil y Primaria, apuesta porque los centros educativos «tengan más autonomía a la hora de aplicar proyectos, programas, evaluaciones y resultados», además de una formación académica «que se alargue durante toda la vida».
Por último, Ripoll pide «consenso y cordura» para el sistema educativo español.
