Son empresas que reciben ayudas y subvenciones públicas para fomentar la integración laboral de los discapacitados. Se llaman Centros Especiales de Empleo (CEE) y tienen como principal objetivo proporcionar a los trabajadores discapacitados la realización de un trabajo productivo y remunerado, adecuado a sus características personales y que facilite la integración laboral de éstos en el mercado ordinario de trabajo. Sin embargo, ¿quién controla que las empresas cumplen ese compromiso y adecuan los puestos de trabajo tras recibir las subvenciones? Esa es la pregunta que se hacen los trabajadores de una de estas empresas y que se encarga de realizar diversos tipos de trabajo en gasolineras de toda la Comunitat Valenciana.

El comité de empresa ha denunciado ante el Servef que los trabajos que realizan no están adaptados a sus discapacidades. De esta manera, «empleados con lesiones de espalda deben cargar y descargar bombonas de butano o reponer las neveras. O trabajadores que se pasan de pie 12 horas aunque cuenten con una prótesis porque les falta una pierna. La última novedad es hacerse cargo de dos gasolineras a la vez que están una enfrente de la otra».

Misión imposible

En un colectivo, el de discapacitados, donde encontrar un empleo parece una misión imposible „en la Comunitat Valenciana solo trabajan 160.000 de 450.000 discapacitados„ «da la sensación de que tengamos que pasar por el aro con todo y ya no podemos más. No tenemos los puestos adaptados, hacemos trabajos que nos pueden acarrear más lesiones, trabajamos 1.840 horas y no tenemos vacaciones. Y encima este tipo de empresas recibe una subvención por ser, precisamente, especialistas en el empleo de discapacitados. De vergüenza».

Además, desde el comité de empresa recalcan «la inseguridad y desprotección» de un colectivo «que ya de por sí es vulnerable». «La gente está muy necesitada y cuesta mucho denunciar a la empresa en la que trabajas. Pero hay que advertirle a la Administración de que muchos Centros Especiales de Empleo no cumplen con lo que deberían y que nadie les vigila ni inspecciona. Por eso los abusos son cada vez mayores». Y es que los objetivos económicos del Centro Especial de Empleo han de ser los de una empresa ordinaria «aunque los empleados sean personas con alguna discapacidad».

Desde el Servef, sin embargo, aseguraron a este diario que no cuentan con capacidad sancionadora, por lo que han trasladado la denuncia a la Inspección de Trabajo.