La espesa niebla que en la noche del sábado cubrió el aeropuerto de Manises y buena parte del área metropolitana de Valencia obligó a desviar tres aviones a última hora a los aeropuertos de Madrid y Alicante.

La niebla , que en muchas poblaciones del área metropolitana de Valencia impedía ver con claridad a más de 50 metros, se extendió hasta las proximidades de Chiva, cubriendo por completo el circuito de Cheste, así como los colapsados accesos, aunque finalmente el sol se impuso pasadas las 9 de la mañana y la prueba, sobre la que planeó durante muchos minutos la posibilidad de un retraso pudo desarrollarse con normalidad.

La falta de visibilidad, que afectó también a algunas zonas del valle del Júcar, en el interior de Valencia, así como al tráfico en la A-3, justo en los momentos de mayor afluencia al Circuit, y a la A-31 en Alicante.

La baja visibilidad en las pistas de Manises forzó que un vuelo de Ryanair procedente de Pisa terminara en Alicante, donde también acabó un Air Nostrum con origen en Madrid. Además, un Air Europa que venía de París aterrizó en Barajas.

Tiempo anticiclónico

Las nieblas tienen su origen en la pérdida de calor del suelo en noches despejadas y en ambiente anticiclónico como el actual.

El enfriamiento hace que se condense en diminutas gotas de agua el vapor de agua que está presente en la atmósfera y «espesa» hasta hacer difícil ver incluso a poca distancia. El anticiclón evita a su vez la aparición de viento que podría despejar la niebla

Nieblas como la registrada ayer en Valencia están relacionadas también con las lluvias de los últimos días, ya que la llegada de un anticiclón tan potente como el actual tras un periodo de precipitación favorece la aparición de la niebla.

Según la predicción a corto plazo de la Agencia Estatal de Meteorología y las proyecciones de los modelos para los próximos días, el anticiclón se mantendrá prácticamente inmóvil sobre la península lo que se traduce en días soleados, noches cada vez más frías y posibles nieblas.