La negativa del PPCV a que la Secretaria de Estado de Igualdad y Asuntos Sociales, Susana Camarero, ocupara un puesto de salida en la lista por Valencia bloqueó hasta entrada la noche de ayer la aprobación de la lista por Valencia al Congreso de los Diputados. El comité electoral nacional del PP avaló a primera hora de la tarde las listas de Alicante y Castelló (aceptó la propuesta de las direcciones provinciales) pero dejó encima de la mesa la de Valencia, que situaba a Camarero en el número nueve, es decir, sin expectativas de obtener escaño.

Camarero, que arrastra horas de vuelo en la capital (ha sido diputada en varias legislaturas y ha trabajado en los despachos de Génova a las órdenes de Maria Dolores de Cospedal), no se conformó y, en los últimos días, se ha movido para adelantar posiciones en la lista. Pero el rechazo de Bonig y de su barón provincial a hacerle hueco en uno de los cinco primeros puestos fue contundente. Tal es así, que, tras varias horas de tensa espera, Génova decidió enviar a Camarero al Senado, eso sí, en tercera posición, por detrás del veterano Pedro Agramunt y la hasta ahora diputada nacional Marta Torrado, que pese a tener el respaldo de la exalcaldesa Rita Barberá no logra seguir en el Congreso. Camarero tendrá más posibilidades de lograr escaño que donde la situaba el PPCV en la lista del Congreso, pero sufrirá.

Bonig, que ya había logrado el viernes que Génova avalara a la exalcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, como cabeza de cartel, desviando al ministro José Manuel García Margallo a la lista de Alicante, sólo hizo una cesión. Reservó, como le había pedido Génova un puesto, por si era necesario recolocar a algún compromiso. Y el puesto, en concreto, el tres, será para Rubén Moreno, secretario general de Sanidad, mano derecha del ministro Alfonso Alonso.

Alianza de los barones

Es, en todo caso, un mal menor para la lista del PPCV ya que Moreno es valenciano. La lista corría el riesgo de ser pista de aterrizaje del algún paracaidista que no hubiera encontrado acomodo en otras candidaturas de España. En este punto, parece que la alianza entre Bonig y los barones provinciales funcionó, de tal manera que, aunque la candidatura no es cien por cien la que quería la cúpula popular valenciana, su impronta es evidente. Un plante que en otros tiempos habría sido impensable. La lideresa del PPCV ha logrado también cerrar el paso al delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues, quien no podrá continuar su carrera política en Madrid.

La victoria de Bonig es compartida con Betoret, quien sale reforzado al lograr situar a Belén Hoyo como número dos. La actual diputada y vicesecretaria nacional de NNGG es un valor en alza en la dirección provincial y se ha convertido en mano derecha de Betoret. El dirigente provincial ha logrado repescar a José Maria Chiquillo, expresidente de Unión Valenciana, como cuatro. Ambos mantienen una buena relación personal.

En puesto cinco, el PP sitúa al diputado saliente José Vicente Pérez, quien entró hace poco en el Congreso, una persona muy vinculada al PPCV. Trabajó durante años como asesor en la calle Quart y se conoce a la perfección los entresijos de las comarcas. Un peón clave para Betoret de cara al congreso provincial. Afín a Betoret es también Oscar Gamazo, dirigente de la Safor, que irá de sufridor en el seis. La lista relega a otro veterano: Ignacio Gil Lázaro, quien inicialmente iba al Senado, pero que es el sacrificado para ceder el puesto a Camarero.