No es el momento —en puertas de unas elecciones y cuando se forma parte del Consell— ni el modo, a través de dimisiones «orquestadas», de dirimir las diferencias en el Bloc. Son los principales reproches del Bloc de Esquerres Sobiranista (BES) al sector crítico con la forma en la que se negoció el pacto Compromís-Podemos, ratificado por el Consell Nacional a última hora, tras dos consultas a los militantes en las que se rechazó ese acuerdo (el primer referéndum) o se optó por una coalición con presencia también de EU, en la segunda votación.

La corriente soberanista del Bloc «lamenta» que en «momentos críticos, a pocas semanas de unas elecciones cruciales, una serie de compañeros hayan decidido abandonar sus responsabilidades orgánicas de forma orquestada, abriendo un proceso que puede poner en peligro el Consell y el propio proyecto político». Es parte del comunicado difundido ayer. El BES hizo autocrítica sobre la negociación del pacto —«el proceso ha sido traumático y (...) es evidente que las cosas se habrían podido hacer mucho mejor»— y advirtió de que entiende que «nunca tenemos que poner en peligro la estabilidad del Gobierno valenciano». Un Consell, agregaron, «que es el nuestro, del que tanto esperamos y tanto esperan los centenares de miles de personas que nos han dado su apoyo».

A esta corriente del Bloc pertenecen, entre otros, el síndic de Compromís, Fran Ferri, la diputada Maria Josep Ortega, o los también miembros de la ejecutiva nacionalista Dimas Montiel o Bàrbara Peris. El comunicado del BES, «ante las circunstancias excepcionales que están viviendo el Bloc» y «el conjunto» de la coalición, se apuesta por «un Compromís más democrático, que vaya mucho más allá de la suma de tres partidos».

Chesa, Capilla, Garcia y Banyuls

Por otro lado, el manifiesto que exige un congreso constituyente y primarias en todo Compromís para elegir candidatos (debería ser antes de este lunes en cibervotación) alcanzaba ayer las 431 firmas. Entre las adhesiones que se han ido sumando, están los alcaldes de Alzira (Diego Gómez) y Altea (Jaume Llinares). También históricos nacionalistas como Pepa Chesa (que fue secretaria de organización del partido con Morera), Enric Capilla, Sebastià Garcia (exalcalde de Dénia) o Andreu Banyuls.

Fuentes del partido advirtieron de que esperan más dimisiones en la ejecutiva, en un sector crítico en el que se ubica Rafael Carbonell, quien propuso que se pactara una fecha para que la ejecutiva pasara a estar en funciones.