Dos agentes de la Policía Nacional vigilaban a las 16.30 horas la salida de los alumnos del Liceo Francés en Paterna. Lo hacían de manera discreta, desde la acera situada frente al centro escolar, y de vez en cuando apuntaban la matrícula de algún vehículo aparcado. «Me gustaría que hubiera más seguridad», comenta un padre que acaba de salir con su hija de la mano. «¿Y quién nos dice que hay más policías pero que están de paisano?», señala Eric, otro padre de alumno. «El colegio nos ha enviado un email diciendo que van a tomar medidas de seguridad más importantes, que no nos preocupemos», añade.

El Liceo es una especie de embajada francesa en Valencia, tal como demostró la visita ayer del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para asistir al minuto de silencio. En el centro, y según contaban los propios estudiantes al salir de clase, los profesores intentaron ayer explicar (al menos a los más mayores) lo ocurrido. «Nos han dicho que han atacado a Francia y que iban a seguir por venganza», explica una alumna. Catherine, su madre, asegura que en Valencia su familia está más tranquila que en París, la ciudad donde nació y a la que tendrá que volver el próximo año tras una década en España. «París me encanta pero vamos a tener que acostumbrarnos a la inseguridad, porque esto no se va a acabar así», declara la mujer. Tampoco a Belinda, madre de otro alumno y que lleva tres años residiendo en la Canyada, le apetece mucho volver a la capital francesa. «Ahora estamos contentos de estar aquí. Allí el futuro va a ser más difícil».

A Loli, española que lleva a su hijo a este colegio francés porque en él también estudió su marido, el niño de corta edad le explica que han estado callados un minuto «por lo que ha pasado en Francia». «Es tan poco lógico que es difícil explicarle a un niño lo que ha ocurrido», asegura su madre. Mercedes, también española, participó con sus tres hijos de 11, 9 y 5 años en la concentración del sábado en la Plaza de la Virgen. «Estuvimos viendo las noticias juntos e intenté adaptarlo a ellos. Les dije que hay gente que no está bien de la cabeza y viven en países con conflictos, y que en vez de dialogar se toman la justicia por su mano.

«Hay que darles mucho contexto, explicarles lo que pasó pero sin preocuparles „explica Eva, madre de dos niñas de 4 y 7 años„. En el grupo de whatsapp hay mamás que están preocupadas. Vamos a ver cómo responde Francia...».