La Policía Nacional ha triplicado los controles antiterroristas en la ciudad de Valencia desde la medianoche del pasado viernes, en cuanto se confirmó el alcance de la brutal masacre yihadista en el centro de París. La Jefatura Superior de Policía de Valencia ha confirmado que «se han intensificado las medidas preventivas», pero ha declinado informar del número exacto de controles. Aún así, Levante-EMV ha podido saber que desde el viernes por la noche se están montando entre 20 y 30 dispositivos en cada uno de los turnos -mañana, tarde y noche-, tres veces más de los que había hasta los ataques del 13-N.

Las fuerzas de seguridad han insistido en que se trata de controles preventivos y que no hay un sólo dato que permita hablar de riesgo inminente ni en Valencia, ni en el resto de España, por lo que se trata de «aumentar la seguridad sin sembrar alarmismo entre la población».

Infraestructuras estratégicas

El peso de esos dispositivos recae fundamentalmente en las unidades de intervención, las UIP -antidisturbios- y las UPR -unidades de prevención y respuesta, aunque también participan efectivos uniformados de las comisarías. Son controles muy cortos que cambian con frecuencia de ubicación. De hecho, no hay una localización predeterminada, sino que es el jefe de cada unidad quien decide dónde, cuándo, cómo y cuánto tiempo dura cada dispositivo, nunca más de 15 o 20 minutos para no restar eficacia a la medida. Además, se trata de compaginar la eficacia de la medida con la libertad de movimiento de la población civil.

Los controles se centran principalmente en los accesos y salidas de la ciudad y en las principales vías, sobre todo las del centro. Del mismo modo, se ha incrementado la vigilancia sobre las infraestructuras estratégicas, que van desde los medios de transporte a las instalaciones energéticas, pasando por las telecomunicaciones y los edificios públicos. También hay especial control sobre los puntos en los que se producen aglomeraciones de personas y sobre delegaciones de instituciones francesas, como el Liceo o el consulado.

El refuerzo de la seguridad no sólo atañe a Valencia, como es obvio, sino que se ha extendido al resto de España, eso sí, con especial incidencia en las grandes urbes y en aquellas que pueden ser objetivo yihadista por la proyección internacional que una acción de este tipo tendría para los terroristas.

Fuentes de Interior consultadas por este diario han remarcado que «no hay ninguna alerta basada en informaciones objetivas en nuestro país, se trata sólo de intensificar los controles preventivos y visibilizar la vigilancia policial».

Frenar el alarmismo y los bulos

De hecho, el Gobierno español decidió el pasado sábado mantener el nivel de alerta terrorista en 4 y no subirla a 5, el máximo, tras la reunión de urgencia mantenida horas después de la masacre y cuya finalidad era evaluar la situación en el nuevo escenario que han planteado los atentados del viernes por la noche en la capital francesa.

Elevar el nivel de alerta, sin que en este momento haya datos que permitan pensar en una acción inminente en territorio español, sería «una temeridad», mantienen las fuentes consultadas, porque significaría poner en marcha medidas «muy restrictivas» para la población.

Además, insisten, esa medida podría contribuir a la alarma generalizada, «que ya bastante alimentada ha sido con los bulos que no dejan de circular por internet y las redes sociales» y que obligaron ayer a Interior a emitir un comunicado para desmentirlos y recordar a los ciudadanos que seguimos en nivel de alerta 4 e instándoles a que sólo se informen a través de canales oficiales y medios de comunicación reconocidos.