El exceso de ruido, como la sobreexposición a todo tipo de contaminantes, provoca efectos graves y duraderos sobre la salud de miles de personas. La Generalitat Valenciana, siguiendo un mandato europeo, inició hace años la realización de los mapas de ruido de las carreteras y vías férreas de su competencia que superan parámetros como el paso de 6 millones de vehículos o de 60.000 trenes anuales. Los estudios previos identificaron decenas de «zonas de conflicto» en las que miles de ciudadanos con domicilio en áreas residenciales, alumnos de centros públicos y privados y hasta pacientes de centros sanitarios y residencias, públicas y privadas, sufren a diario un exceso de los niveles máximos de ruido fijados por la legislación.

Los mapas estratégicos de ruido y los subsiguientes «planes de acción» han identificado las zonas donde es necesario intervenir y aquellas que es necesario «proteger» para evitar que futuros desarrollos urbanísticos pongan en situación de riesgo a más valencianos. Sin embargo, las medidas correctoras siguen siendo todavía escasas y el ruido, más allá de los entornos urbanos en las Zonas Acústicamente Saturadas, sigue sin ser percibido en muchos casos como una amenaza.

La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, a través de la dirección general de Obras Públicas, Transporte y Movilidad, ha iniciado la tramitación del expediente de contratación para la redacción de los planes de acción contra el ruido de los tramos de carreteras autonómicas con niveles de tránsito superiores a los 3 millones de vehículos/año, así como de los tramos de ferrocarriles con más de 30.000 trenes/año, tal como obliga a realizar„aunque en el caso de la Comunitat Valenciana se acomete con cierto retraso„ la Directiva Europea del Ruido.

Fuentes de la conselleria explicaron que la citada directiva establece la obligación de elaborar Mapas Estratégicos de Ruido (MER) y Planes de Acción (PAR) a las diferentes administraciones con competencias en infraestructuras viarias, ferroviarias, aeroportuarias y aglomeraciones urbanas de cierta entidad».

Los MER reflejan la situación acústica de las inmediaciones de cada infraestructura y sirven como instrumento para calibrar la exposición al ruido. Gracias a estos estudios, es posible obtener información sobre el numero de personas, viviendas y edificios «sensibles» como escuelas o hospitales afectados por diversos niveles de ruido.

Tras el MER y utilizando los datos recogidos se elabora un Plan de Acción, en el que una vez identificadas las zonas de conflicto, en las cuales la afección acústica provocada por las intraestructuras supera los objetivos de calidad acústica de la normativa , se proponen las medidas correctoras y se establece la prioridad de las actuaciones.

La Generalitat hizo los deberes en esta primera fase de evaluación, acometiendo los mapas de ruido, planes de acción y servidumbres acústicas de las carreteras de más de 6 millones de vehículos y líneas de FGV con 60.000 trenes/año. Recientemente, la conselleria ha licitado los expedientes de contratación para redactar los proyectos de construcción de las obras «más prioritarias» establecidas en los PAR de la 1ª fase en la aplicación de la directiva, aunque todo está por hacer.

Respecto a la segunda fase, la Generalitat dispone de información (mapas de ruido) sobre 41 tramos de carretera y 4 de ferrocarriles, con un total de 190 y 29,7 kilómetros respectivamente .

Según admite la conselleria de Vivienda, Obras públicas y Ordenación del Territorio se han identificado 49,5 kilómetros de carreteras y 7 kilómetros de líneas de FGV «con conflictos acústicos en los que previsiblemente será necesario adoptar medidas correctoras».