El PPCV de Isabel Bonig dejó escrito ayer el relato para la campaña de las generales del 20D, la cita en la que se juega conservar el Gobierno o culminar el via crucis de 2015 perdiendo su último bastión institucional. Y lo hizo cargando a diestra y siniestra, con dos argumentos: desconfianza hacia un partido, Ciudadanos, que «pacta con todos», y oposición frontal a la izquierda que amenaza la identidad.

Es el balance del acto de presentación de los candidatos del PP por Valencia, celebrado en Sueca (territorio Compromís: de allí fue alcalde el candidato Joan Baldoví), concretamente en la Muntanyeta dels Sants, un paraje típicamente valenciano, junto a l'Albufera, con una ermita, para distanciarse de esa izquierda «que abre viejas heridas y quiere romper con la tradición, devoción y costumbres». «Aquí está el PP para parar a quienes quieren volver a enfrentar al pueblo valenciano y español», arrancó Isabel Bonig.

La presidenta del PPCV desafió siglos de teoría política izquierdista y proclamó: «No somos la esperanza de los ricos. Esos están en la izquierda de Bloc-Compromís, casi todos. Nosotros somos la esperanza de los obreros, trabajadores, agricultores, pescadores, autónomos, pescadores, amas de casa, jubilados, clase media y trabajadora».

«La izquierda mucho 'bla bla bla' pero de trabajar, res», continuó. «¿Quién ha hecho más por la normalización del valenciano, por que los alumnos sepan inglés para que no solo los hijos de Bloc-Compromís que van al Liceo puedan estudiar?», atacó.

En el capítulo educativo, anunció también una enmienda a los presupuestos de la Generalitat para que el Consell asuma la aportación que tienen que hacer los ayuntamientos en el plan de gratuidad de libros escolares, un plan con el que se mostró muy crítica porque no es «proporcional» y entrega ayudas a todos por igual. «¿Por qué con los impuestos de los pobres pagamos libros a ricos?», cargó.

El PP también criticó abiertamente a Ciudadanos, que comienza a aparecer como su principal rival en las encuestas: «Estaban desaparecidos cuando nuestros alcaldes estaban en la tormenta. Ahora salen y tienen la varita mágica, cuando la situación mejora». Pero «la diferencia no es solo la cuestión económica», dijo. «Aquí quien ha defendido siempre la unidad de España, quien ha puesto los muertos sobre la mesa en el País Vasco, ese ha sido el PP, que lo sepan todos», sentenció.

También cargó contra el partido de Rivera el candidato al Senado, Pedro Agramunt, en un acto al que asistieron entre otros Rita Barberá o el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues. Agramunt defendió que Rajoy es «el mejor preparado» y llamó a desconfiar de Ciudadanos, que «en la C. Valenciana ha pactado con todo un racimo de partidos. ¿Quién dice que estos nos van a apoyar a nosotros? Vamos a por la mayoría absoluta», animó.

Elena Bastidas, la candidata del PP al Congreso por Valencia, aseguró que en estas elecciones «nos jugamos consolidar la recuperación económica». «No estamos para aventuras. Diguem no. La lotería se juega el 22. El 20, estabilidad».

Cargó también contra Ciudadanos y Compromís. «Nuestra candidatura no lleva actores [Toni Cantó va con C's] pero llevamos a gente que sabe trabajar a pie de calle o que no hace striptease en el Congreso (en referencia a Baldoví)». Bastidas recurrió a la identidad: «No es mi proyecto los Països Catalans; no me representa la quatribarrada, no me da vergüenza ofrendar nuevas glorias a España». «Somos el único partido que representa el sentir mayoritario. Vamos a ganar con mayoría absoluta», concluyó.

El líder del PP de Valencia, Vicente Betoret, dio dos motivos por su parte para apoyar a Rajoy: «La gente empieza a ver que los sacrificios han merecido la pena y tenemos el compromiso de Rajoy de que la nueva financiación tratará a los valencianos de forma justa, solidaria y adecuada».