Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) acaban de demostrar que con el residuo del cáñamo, la cañamiza, se puede obtener carbón activado de buena calidad, un producto esencial que se usa como filtro para el tratamiento del agua y la eliminación de los gases contaminantes en las industrias.

Además, en la UA también han ideado una tecnología novedosa y más económica para regenerar y reutilizar carbón activado para los mismos fines.

El director del grupo de investigación Materiales Carbonosos y Medio Ambiente responsable de los dos proyectos, Diego Cazorla, no oculta su satisfacción por haber conseguido ambos objetivos tras años de trabajo. Además, destaca que tienen una aplicación práctica en el sector de las potabilizadoras, la industria, el ramo farmacéutico y la actividad textil.

El uso del derivado del cáñamo se enmarca dentro de un proyecto denominado «Carvoc: Filtros innovadores ecológicos de carbón activado para la eliminación de compuestos orgánicos volátiles», en el que han participado España, Francia y Reino Unido con financiación de la Comisión Europea.

En marzo de 2013 se anunció el desarrollo de esta iniciativa y ahora los resultados se han traducido en la demostración de poder lograr «un carbón activado de buena calidad» a partir del residuo del cáñamo, afirma Cazorla.

Varias empresas extranjeras, como una de Puerto Rico, se han interesado para regenerar y reutilizar el carbón activado que se emplea con el mismo fin. También, una de las empresas españolas implicadas en este proyecto ha empezado a construir una planta piloto en Tudela (Navarra) para aplicar dicha tecnología, según el investigador.