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Medio ambiente

Bruselas asume que el uso del suelo en la costa cambia el clima en Europa

Una investigación realizada por el CEAM y su director abren el informe para la Comisión Europea en el que se propone reforestar

La Comisión Europea, a través de la dirección general de Medio Ambiente, ha asumido oficialmente el papel negativo que los usos del suelo en el área mediterránea y en especial el proceso urbanizador, la desaparición de marjales y la pérdida de cubierta vegetal, juegan en la aparición de fenómenos desconocidos hasta ahora como el incremento de las inundaciones en Centroeuropa y la posibilidad de que se produzcan cambios en la circulación de las corrientes marinas que provocarían a su vez una modificación del clima.

Millán Millán director emérito del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), ha sido el invitado de la Comisión Europea para abrir con una editorial y un resumen de la investigación realizada por el CEAM el informe especial sobre «Suelo y Agua. Una perspectiva a largo plazo» en el que por encargo de la dirección general de Medio Ambiente de la Unión Europea se analizan los últimos hallazgos científicos en relación, en este caso, con los problemas generados por la alteración de la calidad del suelo y de los ciclos del agua en Europa.

El informe incluye una versión del trabajo realizado por Millán y otros investigadores del CEAM sobre cómo los cambios en el uso de de la tierra en el Mediterráneo pueden estar provocando «grandes cambios climáticos» que afectan prácticamente a todo el continente europeo.

Los trabajos financiados por Europa y desarrollados por el CEAM concluyen que las transformaciones experimentadas por el uso del suelo en las costas mediterráneas: destrucción de los bosques, aterramiento y desaparición de los marjales y el sellado del suelo por las construcciones, han hecho que disminuya el número de tormentas y la precipitación asociada.

La acumulación de nubes de vapor de agua sobre el Mediterráneo que no llegan a descargar en forma de tormenta puede traducirse en lluvias torrenciales en el litoral o provocar inundaciones de verano en Centroeuropa. Además, el vapor crea un efecto invernadero que se suma al de los gases responsables del cambio climático .

Millán insiste, y así parece haberlo entendido también Bruselas, que los modelos climáticos actuales «no son capaces» de tener en cuenta estos procesos y, como resultado , se podrían proyectar «falsas conclusiones».

Un «intenso programa de reforestación en las áreas destruidas» que recupere el régimen de tormentas y más investigaciones «para mejorar la predicción de fenómenos meteorológicos extremos», son algunas de las propuestas del informe.

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