Hace dos años el Comité de la Convención sobre la eliminación de todas formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) determinó, entre otras cosas, que el tratamiento de las autoridades a la violencia machista contra Ángeles González Carreño, y que terminó en el asesinato de su hija, era totalmente inadecuado y que era preciso cambiar la ley, indemnizar a la víctima y realizar una investigación a fondo de la cuestión

España ha rechazado dar indemnización e iniciar un procedimiento de investigación de los posibles fallos que pudieron dar lugar a esta situación, pero sí ha aprobado una ley para una mejor gestión de las relaciones de los hijos e hijas con los padres-maltratadores.

Muchas veces el debate en torno a la custodia y régimen de visitas parece orientado a los derechos de los padres, y en la calle se habla del derecho de la madre o padre a estar con, cuidar, proteger, mimar a sus hijos e hijas.

Efectivamente esos son derechos de los padres y madres, pero los niños también tienen derechos, entre otros a un entorno seguro y saludable, a un espacio adecuado que les permita desarrollarse, íntegra y totalmente, en una sociedad que les acoja y derecho a que se escuche sus opiniones.

Tanto la CEDAW como la propia Convención de Derechos del Niño imponen, además, que en caso de colisión deben primar los derechos del niño sobre el de todos los demás. Por ello, en juicios sobre custodia, incluso si existiesen varios intereses en juego, sería el del niño el que debería primar.

Esto no se hizo con la hija de Ángeles González Carreño, pese a informes sobre la influencia nefasta que las visitas entre hija y padre tenían para la salud mental de la niña, incluso con informes que atestiguaban que no había garantía de que la niña no corriera peligro en visitas con sus padres sin vigilancia€ Se decidió que éstas podían tener lugar y en la primera visita, el padre mató a la niña para, con ello, matar de dolor a la madre.

Aunque las ONGs y el propio CEDAW siguen sin estar conformes con la nueva ley aprobada, lo cierto es que algo hemos avanzado, aunque, siguiendo el principio del que hemos hablado nos indica que ese algo no es suficiente «el interés superior del niño» nos obliga a avanzar al máximo posible.

Algunos piensan que la violencia machista está dirigida sólo hacia las mujeres, y es falso, ellas son, por supuesto, las principales víctimas, pero sus hijos testigos directos (hace unas semanas una madre fue asesinada ante los ojos de su niño de tres años) o indirectos, y víctimas en todo caso. Son también heridos en cada grito, en cada golpe del maltratador, en cada llanto de la madre y en cada actitud machista del padre.

Por ello, el gobierno español debe dar un enfoque holístico a la violencia machista y cumplir sus obligaciones que van más allá de modificar una ley, que exige medidas educativas y socializadoras para todos los ciudadanos.