Para la oposición, la decisión del gobierno de Mariano Rajoy de declarar la Semana Santa como Patrimonio Cultural Inmaterial responde a una «acción electoralista» para intentar «rascar votos a última hora». Y es que ni el PSPV, ni Compromís ni Ciudadanos entiende una decisión que persigue eliminar del futurible que se pueda prohibir o no la Semana Santa o que la celebración de esta fiesta dependa del gobierno de turno de uno u otro ayuntamiento.

Para el coordinador de los diputados y senadores del PSPV, Herick Campos, «si la medida no es electoralista, lo parece». «No existe demanda social de 'blindar' una Semana Santa que, por otra parte, cuenta con distintos grados de protección. En precampaña electoral y con tantos expedientes abiertos por otros muchos motivos este proceso es absolutamente innecesario. No entendemos la celeridad para aprobar algo que nadie ha pedido», explica Campos.

El portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, da un paso más en sus declaraciones al calificar de «repugnante» que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy «utilice una cuestión que responde estrictamente al ámbito privado para arañar votos apelando a los sentimientos. La iniciativa es electoralista cien por cien».

Desde Ciudadanos, por su parte, aseguraron que las tradiciones «ni se imponen ni se prohíben» ya que las personas son libres para decidir «qué celebran y cómo».