En sus 20 años buscando a la gallina perfecta como juez de las exposiciones de animales más prestigiosas de europa, el alemán Willi Kämmerling, sólo recuerda haber otorgado «ocho o nueve veces un 97», la puntuación máxima a la que puede aspirar un ejemplar. Los 100 puntos no se dan nunca porque «la perfección total no existe», aclara.

Kämmerling es uno de los ocho miembros del jurado „ tres de ellos alemanes, dos belgas y el resto españoles „ que el miércoles comenzaron a puntuar de acuerdo con los cánones del patronaje de las razas que desde 1938 marca la Entente Europea de Avicultura y Cunicultura los más de 1.700 ejemplares de toda España que ha reunido en el recinto ferial de Requena la Avival, la asociación de criadores de razas de gallinas y palomas autóctonas valencianas.

Esta muestra, que llega a su novena edición como una de las más grandes de España al atraer a 180 criadores, abre sus puertas desde esta tarde hasta el domingo pues la matinal de hoy se ha reservado a colegios, congregando a centros desde Benicarló a Cuenca.

Ingo Hosek, otro de los jueces alemanes del evento, para quien «dar un 97 a un animal perfecto es una sensación que no se puede describir», alaba la calidad de la exposición de Avival, de la que por segundo año consecutivo forma parte del jurado. «Para mi ha sido una sorpresa positiva, porque siempre se escucha decir que en España faltaba calidad y esto es todo lo contrario, ya que esta muestra puede competir con cualquiera de Europa o Alemania», dice.

El elogio no lo hace un cualquiera, pues un conejo enano de la especie Marqués ruso negro criado por el se proclamó la semana pasada como el mejor de Europa en la gran exposición que realiza cada tres años la Entente Europea. Una cita que ha llevado hasta Metz (Francia) 40.000 animales, casi la mitad de ellos de Alemania, que es la gran potencia europea de la cría de gallinas y conejos de raza.

Entre la delegación alemana invitada por la Avival también está Norbert Hägele, quien en Metz logró el premio al mejor gallo carablanca español de Europa, raza conocida como la aristocracia del gallinero debido a «que cuesta mucho criarla y es muy delicada, pues casi hay que ponerle alfombras porque no resisten la humedad», detalla Pedro Manuel Huergo. Nacido en Asturias pero afincado en Stuttgart desde los 13 años, Huergo es uno de los mejores criadores de la gallina cuclillo alemana, raza con la que ha logrado cuatro campeonatos de Alemania.

Efímero triunfo

Un triunfo efímero el de este gallo campeón pues, según explica Huergo, «por un descuido de la organización», se colocó su jaula muy cerca de la de otro gallo y éste le daño la cresta a picotazos, «con lo cual ya no podrá competir más y sólo servirá para criar».

Sergio López, miembro de Avival, destaca «la gran ilusión y el esfuerzo de los criadores por mejorar, por puro amor a los animales, la cantidad y calidad de razas autóctonas que han estado apunto de desaparecer al dejar de tener interés para la industria frente a híbridos que producen más carne o huevos ». «Nuestra afición nos convierte en garantes de un patrimonio genético en peligro», concluye.