La prohibición de celebrar la mítica Subida al Garbí de automovilismo provocó ayer las lógicas discordancias en el mundo del motor valenciano. Los principales agentes de estos deportes se sienten molestos por «la falta de sensibilidad de la Generalitat Valenciana» hacia una prueba mítica, que este año tenía previsto celebrar su 46 edición. «Había un informe favorable de Medio Ambiente para llegar a un final bueno para todos, pero lamentablemente las conversaciones están paralizadas», asegura el presidente de la Federación de Automovilismo de la Comunidad Valenciana, Manuel Aviñó.

Las quejas hacen referencia a un borrador de decreto que quedó por aprobarse en 2014. Un documento que cambiaba el rumbo del informe (ORDEN 10/2010) que aprobaba el Plan de Uso Público del Parque Natural de la Serra Calderona) que supuso la prohibición del rallye más popular del automovilismo valenciano. «Sólo estaba pendiente de aprobarse. Con él, Medio Ambiente daba su conformidad a un plan pionero, ya que estaba impulsado conjuntamente por las federaciones de automovilismo y de motociclismo», añade el abogado de ambas asociaciones, Leonardo Vidal. Entre las novedades de aquel documento, ahora guardado en un cajón, estaba la incorporación de tramos de canteras mineras a los recorridos. «Es un plan perfecto que primero podríamos hacer en la Comunitat Valenciana y luego exportarlo al resto de España», coinciden Aviñó y Vidal. El borrador de decreto de 2014 para el uso público en terrenos forestales incorporaba, además de a la Consellería de Energía, a otros agentes como el turismo o la hostelería. «La importancia socioeconómica de la Subida al Garbí es muy grande. Venían 15.000 personas», recuerdan.