Una investigación realizada por la Unidad Mixta de la Universitat de València y el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) ha confirmado el papel clave de la temperatura del agua en el Mediterráneo en los episodios de lluvias torrenciales que periódicamente afectan a la Comunitat Valenciana y delimitado qué trayectorias del viento son las que acumulan mayor humedad y, por tanto, mayor potencial de descarga.

El trabajo, basado en una tesis doctoral de Francisco Pastor, actualmente investigador en el CEAM, ha sido desarrollado también por José Antonio Valiente y Maria José Estrela. Sus conclusiones pueden incorporarse a modelos de predicción y mejorar notablemente la previsión de este tipo de fenómenos extremos.

La investigación aporta una «nueva estrategia» de modelización para evaluar el impacto de de las lluvias torrenciales. Hasta ahora, modelos como el RAMS, diseñado en la Universidad de Boulder (Colorado) pero adaptado y mejorado para el Mediterráneo occidental, tan solo introducía un valor de temperatura del agua y la hipotética recarga de humedad que debería producir.

La investigación ha confirmado que la temperatura del agua del mar Mediterráneo no es la misma para cada época del año ni se distribuye uniformemente dentro de cada estación climática», aseguró Maria José Estrela. Posteriormente, la investigación se centró en conocer las trayectorias seguidas por el viento durante episodios de lluvias torrenciales tan significativas como las de septiembre de 1989, octubre de 2000 y octubre de 2007 y volver a modelizarlas, comprobando que con la incorporación de estos datos sobre la temperatura del agua en las zonas de mayor riesgo que atravesaron los vientos dominantes, modelo y realidad se ajustaban «con gran precisión», aseguró Francisco Pastor.

La influencia italiana

Según el investigador, la zona del mar con mayor influencia en las precipitaciones torrenciales es la comprendida entre el litoral valenciano y las islas Baleares, «aunque también son muy notables las aportaciones del área entre Baleares y Córcega-Cerdeña, el sur del mar Tirreno y, dependiendo, de la trayectoria de la masa de aire, el golfo de Túnez». «Si estos datos de temperatura se aportan al modelo, éste define también una trayectoria del viento y la posible recarga, lo que podría indicarnos donde va a llover con mayor intensidad», apuntó.

«Es estudio puede aportar mejoras significativas para la previsión de episodios meteorológicos extremos, que, previsiblemente, serán mas frecuentes, según las previsiones del IPCC de las Naciones Unidas», apuntó el investigador.

Investigaciones del CEAM revelan un cierto incremento de la torrencialidad en primavera, en coincidencia con algunas proyecciones del IPCC. Además, existen series históricas de datos que confirman que el calentamiento de las aguas del Mediterráneo es «una realidad» que no ha afectado por el momento a la distribución geográfica de las zonas donde se produce una recarga mayor.

El modelo de predicción que incorpore las temperaturas vigentes en cada zona de recarga de humedad, especialmente de las que más contribuyen en esa época del año„diferentes generalmente de las del otoño„ otorga una ventaja añadida para anticipar lluvias torrenciales.

La investigación realizada por Estrela, Pastor y Valiente, publicada por «Natural Hazards and Earth System Sciences», ha merecido este año el Premio Internacional de Meteorología Eduard Fontseré que otorga la Asociación Catalana de Meteorología (ACM).