Empieza la cuenta atrás para el comienzo del encuentro ecuménico de Taizé, que tendrá lugar en Valencia del 28 de diciembre al 1 de enero. Más de 14.000 jóvenes cristianos de diferentes países europeos pasarán cinco días en el «cap i casal», donde católicos, protestantes, ortodoxos, anglicanos y evangélicos de 17 a 35 años se reunirán. El objetivo: «pasar un fin de año de una forma diferente a la que se promociona hoy en día», explica Óscar Benavent, delegado de Juventud de la Archidiócesis de Valencia, que forma parte de la organización del evento.
Los preparativos, en los que trabajan 25 voluntarios (nueve hermanos de la comunidad de Taizé y una quincena de jóvenes europeos) desde mediados de septiembre, van a buen ritmo y ahora se centran en encontrar alojamiento para los asistentes. El hospedaje corre a cargo de familias de acogida, que solo deben ofrecer «un lugar donde extender una esterilla y un saco de dormir „2 metros cuadrados„, y un desayuno sencillo», además de la comida del 1 de enero.
Techo y desayuno
Cada parroquia (de Valencia y de municipios próximos a los que se puede llegar en transporte público, como Alzira, Sagunt, Chiva o Sueca) se ha comprometido a buscar familias acogedoras para un número determinado de jóvenes cada una. Aún falta acomodo para unas 8.000 personas, pero Benavent se muestra optimista. «Aquí somos mucho de pensat i fet, ahora solo falta el empujón final», explica el joven sacerdote. Estos días están visitando muchas parroquias para explicar en qué consiste el encuentro, resolver dudas y animar a las familias a que participen en la acogida. Últimamente, a diario se está encontrando alojamiento para 200 0 300 personas.
El evento se conoce como la «peregrinación de la confianza» y tanto las personas que viene como las que abren sus casas confían mutuamente. Benavent anima a acoger, ya que explica que los jóvenes «no dan problemas» y muchos vienen de lejos, como un grupo de ucranianos que viajarán en bus durante tres días para llegar.
Según la organización, disponer de «pocos medios» en casa no es un problema, ya que «una acogida calurosa es mucho más importante que el lujo» y hospedar a un joven en casa es «la manera más bonita de participar en el encuentro europeo».
Entre los más de 14.000 asistentes hay unos 1.000 españoles, aunque se espera que la cifra aumente en los próximos días. Los grupos extranjeros más numerosos son de Francia, Alemania, Polonia e Italia, y también vendrán de otros países.
El día a día consistirá en la plegaria de la mañana, seguida de actividades en las parroquias. A mediodía, la oración se realizará en Valencia, y por la tarde habrá talleres para conocer la ciudad y la sociedad valenciana. Así, los jovenes tendrán contacto con el mundo fallero, visitarán el ayuntamiento de la mano del alcalde Joan Ribó, se reunirán con la banda juvenil de Llíria, además de conocer proyectos sociales como Novaterra.
Convivencia con la sociedad
«Lo bonito es que no es solo un encuentro religioso, también se conocen todos los otros aspectos de la ciudad», apunta Benavent. «Me gusta mucho ver como 15.000 jóvenes quieren vivir un fin de año de una forma diferente a como se suele hacer hoy en día», matiza. En Nochevieja se hará una plegaria por la paz y luego una «fiesta de los pueblos» en los que cada grupo representará algo típico de su país.
El encuentro de Taizé empezó en 1978 y recibe su nombre de un pueblo de la Borgoña francesa donde después de la II Guerra Mundial se creó una comunidad ecuménica. Se realiza cada año, y ha pasado por ciudades como Praga, Roma, París, Bruselas, Ginebra... Valencia es la segunda española, tras Barcelona (1979 y 2000).
