En mitad de los recortes y de la salida de jóvenes investigadores al extranjero por la falta de oportunidades, hay noticias que reconcilian al mundo científico con el trabajo que están llevando a cabo en tiempos difíciles. El profesor Andrés Moya, catedrático de Genética de la Universitat de València e investigador del área de Genómica de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) de la Conselleria de Sanitat Universal, ha sido galardonado con el Premio México de Ciencia y Tecnología 2015.
A principios de año, el profesor recogerá de manos del presidente de la República de México, Enrique Peña Nieto, el galardón, uno de los más reconocidos del ámbito iberoamericano y que califica trabajos científicos de todos los ámbitos de toda Sudamérica (a excepción de los nacionales de México), España y Portugal.
Moya Sierra se convierte así en el octavo español y el segundo valenciano en recibir la distinción por detrás de nombres como el químico moncofense Avel·lí Corma; la bioquímica y discípula del Premio Nobel Severo Ochoa, Margarita Salas o el también genetista Antonio García Bellido. Precisamente de ellos tres se acordó ayer el profesor Moya al considerar la importancia del galardón.
«Yo que soy genetista, que me lo hayan concedido como a García Bellido, al que considero un gran merecedor del Premio Nobel o a Margarita Salas, la primera científica española que lo recibió? estoy muy emocionado. No imaginaba que podía ser merecedor de un premio de este calibre».
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Consejo Consultivo de Ciencias han valorado sus aportaciones a la genética, la biología evolutiva y la genómica puesto que ha hecho «contribuciones fundamentales a escala mundial en los campos de la simbiosis, la evolución experimental y la epidemiología de los virus y el microbioma humano».
«Es probablemente el biólogo evolutivo más relevante de su generación», han dicho sobre él los doctores Enrique Cabrero y Jorge Flores, presidente y vicepresidente, respectivamente del Consejo de Premiación.
Para el valenciano, el «honor» de recibir este premio tiene mucho que ver con sus estudios en el campo de la genómica microbiana pero también «por mi formación humanista. Soy filósofo y yo creo que el comité valoró también esa formación», reconoció ayer. Él conjuga las dos facetas, en principio, «con facilidad. Una es hija de la otra y si volvemos la vista atrás llegamos a las mismas cuestiones» que ambas quieren resolver. «Yo las he llevado de la mano siempre, como el origen del universo o el origen del hombre y me acerco a ellas desde las dos vertientes», aseguró ayer.
Más fondos para I+D+i
Además, para el investigador valenciano, la concesión del premio México de Ciencia y Tecnología supone un «acicate para que se vea que hay reconocimiento internacional para la gente que estamos aquí al pie del cañón». En este sentido, el profesor fue reivindicativo a la hora de reclamar más fondos y más atención a la investigación científica en España. «Esperemos que el nuevo gobierno que salga el domingo y que necesariamente tendrá que buscar consenso, llegue a pactos para incentivar el desarrollo científico y podamos traernos a los jóvenes que están fuera de nuevo», aseguró Moya al respecto de la fuga de cerebros al extranjero.
Incrementar la financiación
De hecho, el investigador es profundamente crítico con cómo se han gestionado las áreas de educación, ciencia e investigación durante los años de crisis en España. «Aunque no lo parezca, la investigación estaba consolidada en España pero llegó la crisis, que ha sido muy seria, y no ha habido una financiación mantenida. Creo que hay que incrementarla», aseguró.
En este sentido, pidió mirar a los vecinos de Europa y seguir el ejemplo de países como, por ejemplo, Alemania en cuanto a gestión de la crisis. «No hay que recortar, sino todo lo contrario, invertir más en I+D+i. Hay gobiernos europeos como el alemán que en crisis anteriores invirtieron más en educación e investigación científica, todo lo contrario a lo que se hace ahora en España», aseguró.
Andrés Moya es también director de la Cátedra Fisabio-UV y, actualmente está centrado en la investigación del microbioma humano campo en el que está «todo por conocer» y abre las puertas a la biomedicina pero, como en todo, «no ha sido fácil y hay que usar nuevas técnicas genómicas porque estos organismos no se pueden cultivar para la investigación».
La concesión del premio se hizo pública ayer durante el tercer Ateneo Biomédico Cátedra Fisabio-UV, en el que el catedrático de medicina preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Rodríguez Artalejo impartió una conferencia sobre el síndrome de fragilidad.
