­Estar en el momento justo, en el lugar adecuado puede llegar a veces a ser clave para salvar una vida. En el caso de la enfermera escolar Saray Carod, fue vital para que una pequeña de tres años con episodios epilépticos llegara estabilizada al hospital tras sufrir una crisis en el colegio, tal como recordaron ayer desde el Consejo de Enfermería de la Comunitat que reivindicó la presencia de enfermeros en la colegios. La presencia de esta figura en los centros no es obligatoria -aunque el Consell ya la ha aprobado para los centros de Educación Especial- pero en algunos son las propias asociaciones de madres y padres las que firman acuerdos directos con el Consejo de Enfermería de la Comunitat para contar con este servicio. Este es el caso del colegio Cavite-Isla del Hierro de Valencia donde presta sus servicios Saray, aunque solo de 12,30 a 15 horas, fuera del horario escolar, según establece la Conselleria de Sanidad.

La crisis de la pequeña se dio más allá de la hora tope de las tres de la tarde pero la casualidad quiso que Saray estuviera en el centro dando un taller de salud bucodental. Gracias a ello, la enfermera llegó a tiempo para poner la medicación de urgencia a la pequeña e informar a los sanitarios cuando llegó la ambulancia. Su profesora además supo cómo reaccionar «pidió ayuda y la puso en posición lateral de seguridad», comentó Saray siguiendo las indicaciones de la formación que también se ocupa de dar a los docentes. «No se puede saber lo que hubiera pasado de no estar yo ahí ni lo quiero pensar tampoco», aseguró Saray que reivindicó la necesidad de que los colegios cuenten con enfermeros. «Hace dos días atendí también una rotura de codo y varias contusiones craneales. Si estamos, se evita que los padres falten al trabajo», añadió Saray. La pequeña, tras su paso por el Hospital Clínico, se recupera en casa.