Sin fumata blanca. Así terminó ayer la reunión del Consejo del Comercio de Valencia convocado de forma extraordinaria para abordar la remodelación del mapa de zonas de gran afluencia turística de la capital. Unas zonas que disfrutan de libertad horaria y pueden abrir todos los domingos y festivos del año, para disgusto de un pequeño comercio que no puede competir con las grandes superficies.

Como se esperaba, las dos partes en conflicto mantuvieron sus posiciones. Y nadie enseñó sus cartas. Más bien se sucedieron los órdagos. El Ayuntamiento de Valencia, a través del concejal de Comercio, Carlos Galiana, insistió en que la voluntad consistorial es eliminar las actuales cincos zonas de gran afluencia turística y dejar solo una en el entorno de la Lonja.

Concretamente, en un perímetro de mil metros alrededor del edificio declarado Patrimonio de la Humanidad, que llega hasta la calle San Vicente y que no incluye ni centros comerciales ni grandes superficies.

Frente a esto, el portavoz de Anged, Carlos Alfonso, que representa a El Corte Inglés, Carrefour o Media Markt, lanzó su órdago: si se cambia el actual statu quo acudirá a los tribunales, con la posibilidad de que el juez anule cautelarmente la reversión de las zonas turísticas y todo quede igual que ahora. Entonces el director general de Comercio, Natxo Costa, disparó su réplica: «Si recurres, ganaremos», vino a decirle. La Conselleria de Economía está convencida de la solidez de su argumentación jurídica en el cambio de la zona de gran afluencia turística en Alicante, que acaba de ser firmada y también ha dejado fuera a las grandes superficies.

En ese plan, como una partida de póquer, transcurrió una reunión de tres horas, receso incluido, y en la que no se sacó nada en claro. El resto de operadores del comercio local (mercados, cadenas de alimentación, sindicatos, consumidores, pequeño comercio, etc) se mostraron favorables a la propuesta reduccionista del ayuntamiento. Pero también exhibieron su hartazgo en torno al debate y apelaron al consenso entre los dos actores en conflicto (ayuntamiento y grandes superficies) para evitar «la deriva judicial» que prolongue la inseguridad jurídica durante años.

Resumió el sentir general Isabel Cosme, de la patronal del pequeño comercio Cecoval. «Tenemos que resolver esto. Tenemos que llegar a un punto de acuerdo sí o sí entre todos. Nosotros estamos de acuerdo en una sola zona y que sea la del centro. Pero entre el todo y la nada existe algo. Alguien tendrá que plantear una propuesta, y no seremos nosotros».

¿Y quién lanza la propuesta que desatasque el bloqueo entre ayuntamiento/conselleria y grandes superficies? Parece que las asociaciones de consumidores han asumido esa responsabilidad y van a proponer una alternativa entre el actual régimen y una sola zona. Pasa por incluir una segunda zona de gran afluencia la Ciudad de las Artes y las Ciencias (en su área están el centro comercial Aqua, el Corte Inglés, así como el centro comercial El Saler). Y, por otro lado, ampliar el perímetro de la zona de la Lonja de modo que entren la calle Colón (El Corte Inglés) y la calle de la Paz.

Tendrán que argumentarlo con los criterios objetivos que fijan la ley autonómica y estatal. Esto es: existencia de hoteles, número de pernoctaciones, visitantes a monumentos, etc. Así lo reclamó como condición el concejal de Comercio, cuando emplazó al Consejo a volver a reunirse el día 29 de diciembre.

El ayuntamiento «se mantiene firme» y no presentará ninguna alternativa. Eso sí, desde hoy hasta ese día escuchara cualquier propuesta. «Yo tengo una propuesta. Mucho consenso tiene que haber para cambiarla», apuntó Galiana en declaraciones a este diario, al tiempo que lamentó la falta de iniciativa del sector.

El concejal mantiene que el 31 de diciembre es su fecha límite para cerrar este tema. Es el ultimátum: si el en el consejo del 29 no hay una propuesta intermedia que guste a todos y que Anged asuma renunciando a los tribunales, Ribó llevará adelante su zona única en la Lonja: «No tenemos nada que perder».