­Cerca de dos millones repartió ayer Loterías Castillo de Alaquàs entre premios y pedreas, aunque el mayor volumen procedía de la serie que vendió del tercer premio, el 05163, del que entregó medio millón de euros. La mitad de los décimos (diez en total) los distribuyó por internet y, a escasas horas de que comenzase el sorteo, el lunes por la tarde, sacó a ventanilla lo que le quedaba del número y lo vendió por completo. «Seguro que a alguien del pueblo le ha tocado pero estos días ha venido mucha gente para saber a quién», decía ayer Marcos Bernabeu, gerente del negocio. A primera hora de la tarde aún no había aparecido ningún agraciado.

«Estaba convencido de que el tercer premio iba a ser mío „añadió el joven„ porque toda la mañana he tenido ese pálpito». De hecho, las matemáticas estaban del lado de la administración, que este año ha distribuido «el 13 % de todas las bolas que estaban en el bombo», algo que prácticamente le aseguraba «dar alguno de los premios», según destacó el padre del lotero, Javier Bernabeu.

Sin embargo, finalmente no se quedó sólo en uno, puesto que también entregó una serie del número posterior al segundo, agraciada con 13.500 euros (1.350 por décimo) y, además, la noche anterior selló una Bonoloto de 171.829 euros. «Pensaba que eso iba a dificultar dar alguno de los premios gordos del sorteo porque ya había repartido la suerte, pero al final no ha sido así», sentenció el joven «contento y tremendamente satisfecho» mientras festejaba el premio con una botella de «cava valenciano» de cinco litros.

No es la primera vez que Loterías Castillo, una de las administraciones con más tradición de la comarca, distribuye alguno de los premios del sorteo extraordinario de Navidad. En 2011 ya entregó un quinto, al año siguiente el Gordo (una serie que repartió cuatro millones) y, en 2013, otro quinto.

Un pellizco en Quart de Poblet

La suerte también alcanzó ayer a dos administraciones de Catarroja y Xirivella (repartieron un décimo de un quinto premio) y al Hada, en Quart de Poblet, cuyo gerente, César Redondo, repartió 60.000 euros al vender una serie completa del quinto más bajo: el 00943. Los diez décimos los distribuyó «por ventanilla entre la gente del pueblo» y el último lo dio el mismo lunes por la noche.

A media mañana de ayer, Redondo aún aguardaba a los primeros «afortunados para darles un abrazo», incluido «un señor bajito» al que preguntó si quería que le cambiase el décimo por ser un número de los considerados feos. «No, no. Démelo. Los bajitos también salimos», le contestó. Y se llevó el décimo «encantado». Hoy, aún lo estará más.