Los ayuntamiento decidirán qué inversiones necesitan y la Diputació de Valencia se centrará en elaborar planes sociales. De esta manera se cambia la fórmula de reparto en la Diputación de Valencia tras más de 20 años de un «sistema polinómico» que ahora pasa a la historia.

«Llevamos años con la mirada fija en las inversiones que destinan los presupuestos. Pero tan importante es invertir en carreteras como en personas». Para el diputado de Hacienda, Toni Gaspar, la idea central de los presupuestos de la Diputació de Valencia que se aprobaron ayer en el pleno —con el voto favorable de los partidos que integran el Gobierno (PSOE, Compromís, Valencia en Comú y EU), la abstención de Ciudadanos y el voto en contra del PP— es que el dinero no es «ni de la Diputació, ni de los municipios, sino de los ciudadanos». Y añadió: «por eso ya se ha acabado el 'esto lo pago yo', porque lo pagamos todos». La Diputació, además, destina el 20 % del presupuesto a fines sociales.

Las cuentas de la Diputación de Valencia para 2016 ascienden a 448.955.481, 89 euros. Para «evidenciar» que se acabó el «besamanos de Rus» los presupuestos de la Diputació recortan en un 60% la partida de libre disposición del presidente para firmar convenios singulares de financiación de los ayuntamientos.

De esta forma, la partida pasa de 10 a 4 millones, de los que dos de ellos irán para fines sociales y los otros dos a planes de municipios con carácter de urgencia y necesidad. Los seis millones que antes se destinaban a los municipios con la simple firma del presidente de la Diputació se destinarán ahora a ayudas regladas con sus correspondientes bases de adjudicación.

Gaspar, además, recalcó que el presupuesto aprobado ayer se mantiene como «un documento vivo, dispuesto a adaptarse a las situaciones nuevas que se vayan produciendo e incluso a introducir enmiendas negociadas de otros partidos».

Reacciones

Desde el gobierno calificaron de «positiva y colaborativa» la abstención de Ciudadanos, y lamentaron el voto en contra del PP «porque intentamos hacer una nueva política que incluya a todos».

Desde el PP, la diputada Mari Carmen Contelles argumentó el voto en contra tras criticar «la disminución de 14 millones en las inversiones para los ayuntamientos» respecto a los presupuestos de años anteriores y lamentó el «retroceso en la ayuda al desarrollo en las competencias municipales» ya que «los grandes damnificados son los ayuntamientos pequeños».

Asimismo, ha lamentado la "ineficacia" en la gestión y la "falta de optimización de los recursos" pues, pese a que para el ejercicio que comienza ahora se maneja un presupuesto de 6 millones menos que en 2015, la gestión del mismo "nos cuesta 8 millones más".