El clamoroso incumplimiento de la puesta en marcha del tercer carril en el corredor mediterráneo, prometido por el actual gobierno en funciones para diciembre de 2015, se debe, en gran parte, a la falta de un certificado de homologación de los desvíos de vía que se han de instalar en el eje ferroviario litoral entre Valencia y Tarragona, según confirman a Levante-EMV fuentes del sector ferroviario. La Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) es la que debe dar el visto bueno a estos aparatos que permiten a los trenes cambiar de una vía a otra y que se instalan, sobre todo, en las estaciones aunque también en puntos estratégicos del trazado.
Los continuos cambios en el proyecto del corredor mediterráneo (tres en tres años) han provocado esta demora en la homologación de los desvíos, que corresponde a la AESF, como organismo público que ejerce de autoridad responsable de la seguridad ferroviaria y es la que debe autorizar «la entrada en servicio tanto de nuevas líneas como de la infraestructura, energía y equipos de control de tráfico en vía que las componen».
La última versión del experimento al que se somete el eje mediterráneo es reducir a sólo una vía, entre Valencia y Tarragona, la implantación del ancho europeo, tal como informó Levante-EMV el pasado 25 de octubre. Antes se pretendía implantar el tercer hilo en las dos vías actuales, para permitir circulaciones tanto de trenes en ancho europeo (1,435 m.) como de ancho ibérico (1,668 m.).
Trenes a menos velocidad
Este tercer cambio en el diseño ferroviario tendrá dos efectos inmediatos en las circulaciones: los trenes en ancho internacional entre Valencia y Castelló (el primer tramo que se pretende poner en servicio) deberán circular en vía única tanto a la ida como a la vuelta. Y los trenes no podrán circular a más de 200 kilómetros por hora (cuando ahora se alcanza los 220 km/h en algún tramo). Y también obliga a replantear el esquema de vías por tercera vez y, consecuentemente, el diseño de los aparatos de vía que deben compatibilizar los dos tipos de ancho (internacional e ibérico) y permitir la circulación en vía única y doble sentido para los trenes de ancho estándar (o internacional).
El retraso en el visto bueno a los desvíos de vía de tres hilos ha provocado que las obras estén paralizadas en las estaciones y se ejecuten a paso de tortuga en los tramos entre paradas, según confirman a Levante-EMV fuentes del sector ferroviario. De hecho, el primer desvío mixto (para dos tipos de ancho) de todo el corredor mediterráneo se instaló el pasado mes de noviembre, al sur de la estación de Borriana-Alqueries, a pesar de que el eje ferroviario lleva más de dos años «en obras».
La ministra de Fomento nunca ha querido dar explicaciones por el retraso en las obras y las dudas sobre la viabilidad técnica de adaptar el corredor mediterráneo al ancho europeo. Una actitud que se adereza con el hermetismo de Adif que tampoco aclara los problemas a los que se enfrenta el proyecto, lo que no hace más que aumentar las dudas sobre el«experimento» que Fomento va a aplicar en el corredor ferroviario más rentable de toda España.
A pesar de todos estos condicionantes, tanto el Gobierno central (ahora en funciones) como el anterior ejecutivo de la Generalitat se han empeñado en vender esta adaptación del corredor mediterráneo entre Valencia y Castelló como una línea de «AVE», la marca comercial que utiliza Renfe Operadora para las líneas de alta velocidad. Aunque el proyecto que se va a ejecutar entre las dos capitales valencianas dista mucho de parecerse al ferrocarril que une actualmente Valencia y Madrid o el resto de líneas de alta velocidad y ancho europeo que existen en el resto de España.
