Un viaje en el tiempo a la Moncada de 1248, a través de senderos y acequias en un recorrido por la antigua huerta de la Orden Militar del Temple, señores de la vieja alquería musulmana. Es lo que ofrece el municipio de l'Horta Nord en una ruta circular de unos cinco kilómetros, a pie o en bicicleta, con paneles explicativos en tres idiomas, códigos QR y con una app para smartphones para no perderse ni un detalle durante todo el trazado.

La ruta de l'Horta del Temple, uno de los ecosistemas agrícolas mejor conservados de la antigua huerta valenciana, regada por la Real Acequia en su tercer tramo, el conocido Arco de Moncada, arranca en la Plaza Madre Francisca de la Concepción, justo enfrente al actual edificio del Ayuntamiento. Antes de adentrarse entre campos de cultivo es obligada la visita al Puente Real y al palacio de los condes de Rótova, un edificio de finales del siglo XVIII y principios del XIX, convertido actualmente en las dependencias del Ayuntamiento, donde se puede contemplar un interesante jardín mediterráneo a sus espaldas que mira a la Real Acequia de Moncada. En el interior se encuentra una vetusta berlina tirada por caballos utilizada por los condes en sus paseos por el pueblo.

Una vez ya en la propia Horta del Temple, la primera parada es ante el antiguo matadero, una construcción del siglo XIX que alberga el archivo municipal, y que ahora sirve de 'puerta' de entrada a campos de cultivo por el camino de la Polsana. Un pronunciado giro a la izquierda nos adentra en el camino Hondo de Borbotó. El senderista respirará el aroma de una gran variedad de cultivos de temporada como tomates, sandías, melones, pimientos, lechugas, coles, patatas, cebollas o naranjos.

Sin abandonar el camino y con el sonido del agua recorriendo las acequias, buscamos dirección norte hacia la pedanía de Massarrojos. Al llegar al barranco del Nuevo Palmar, circularemos paralelos a él hasta la CV-315, antic Camí de Moncada, y girar a la izquierda para regresar hasta el municipio y encontrar el último punto de la ruta: el molino de Moncada.

La construcción hidráulica, de época medieval, tiene su origen en el siglo XIII, reflejado en el Llibre de Repartiment, donde Jaume I dona la mitad de las instalaciones. El edificio harinero, ubicado sobre el cajero de la Real Acequia en Moncada, conservó sus cuatro muelas hasta la mitad del pasado siglo. Se estructura en una planta baja, donde se localizaba la sala de muelas, y un primer piso, seguramente destinado en origen a la sala de limpieza o almacenaje de la harina.

En el semisótano, a la altura del lecho del cajero de la acequia, hay dos arcos rebajados correspondientes a los cárcavos o desagües del molino. Unos canales donde la fuerza del agua accionaba el rodezno de álabes de madera que hacían giran las diferentes muelas volanderas o de arriba, que en su fricción con las muelas soleras o de abajo molían el grano.