Que el mundo ha cambiado ya nadie puede negarlo. Que los retos del mañana ya no son sólo económicos, parece que también es una obviedad, y que sin el trabajo comprometido de todos y todas es imposible que cristalicen cambios profundos y duraderos, es innegable.

La nueva agenda aprobada por 193 países, en el seno de Naciones Unidas, supone una visión integral de un modelo de desarrollo renovado, una actuación encaminada a eliminar las causas de los grandes problemas del mundo desde su origen. Somos la primera generación que cuenta con los recursos necesarios para acabar con la pobreza y la desigualdad en todos sus aspectos.

Los 17 objetivos y las 169 metas que configura los Objetivos de Desarrollo Sostenible, supone una apuesta por la implementación de una agenda universal, integral y sostenible que atienda a las tres dimensiones del desarrollo: social, económico y territorial.

Una actuación con enfoque social que promueva: el derecho a una educación inclusiva de calidad, el reconocimiento y la extensión de la igualdad entre mujeres y hombres, el acceso a bienes públicos globales y el respeto a los derechos humanos que garantice la dignidad de las personas.

Una política económica que fomente el desarrollo de una economía inclusiva local y sostenible que facilite la eliminación de las desigualdades desde el origen, para que los avances se produzcan de manera armonizada entre todos los países.

Y un enfoque territorial que ponga el acento en la sostenibilidad del planeta. El desarrollo sostenible del medio rural y urbano es fundamental para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas. No podemos seguir construyendo ciudades y pueblos sin tener en cuenta el respeto al medio ambiente y el uso eficiente de los recursos naturales.

Hoy vivimos en un mundo interconectado y globalizado donde los retos del sur son también retos para el norte, donde la desigualdad y la pobreza están presentes en todos los rincones del planeta.

Hoy debemos afrontar los nuevos retos que se nos plantean desde una visión inclusiva y participada. Una política que ha de sustentarse en el diálogo permanente, el acuerdo y la cooperación en la consecución del bien común.

La agenda del desarrollo aprobada por Naciones Unidas constituye un desafío para la necesaria adaptación de la acción pública hacia objetivos y procedimientos cada vez más complejos y exigentes. La integración de las políticas sectoriales, la visión de largo plazo, la cultura de la rendición de cuentas y la transparencia, y la participación creciente de la sociedad son, entre otros, retos que toda Administración moderna debe de afrontar, y que nosotros estamos dispuestos a afrontar, no solos, sino generando alianzas con todos los sectores de la sociedad.

Es el momento de generar alianzas para lograr un desarrollo sostenible y sostenido. Alianzas que permitan la territorialización de la nueva agenda acercando las decisiones globales a los gobiernos locales. Alianzas para difundir, sensibilizar y comprometer a todos y todas en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.

Afrontamos los nuevos retos, desde un compromiso político claro, desde valores éticos profundos y con un objetivo irrenunciable: liderar los cambios que promuevan una construcción consensuada de la política de cooperación en la Comunitat valenciana.

Es el momento de las personas. Es el momento del planeta. Es el momento de la prosperidad y de la paz. Sólo si lo hacemos juntos podremos conseguir el mundo que queremos.