Analizando con algo de perspectiva, esa que proporciona la distancia temporal, procedemos a extraer algunas conclusiones de los resultados electorales del 20D en la C. Valenciana. En ningún caso podemos extrapolar los resultados de las generales a unas locales y en menor medida a unas autonómicas, pero si con un elemento nos podemos quedar, es con la tendencia en el comportamiento del cuerpo electoral. Resulta evidente que el cambio de mayorías que se produjo en las elecciones de mayo se corresponde con una tendencia arrastrada que procede del año 2011 donde ya el PP bajó ligeramente en votos. Partiendo de esta premisa y atendiendo a los resultados no es descabellado afirmar que esa tendencia se ha invertido. En apenas siete meses el PP ha pasado de perder apoyos, a sumarlos. Lo ha hecho incrementando en más de ciento ochenta mil votos y singularmente en la circunscripción de valencia donde ha cosechado noventa mil votos más. En seis meses de gobierno de la izquierda la suma de Compromís-Podemos ha bajado en más de cinco puntos y en sesenta y cinco mil votos absolutos. Un descenso notable teniendo presente que la participación ha aumentado en las generales. Desde las filas de la coalición se apresuran a justificar este descenso aduciendo que la suma en las coaliciones siempre produce merma. Sin embargo ese argumento no responde a la realidad, si buceamos en el histórico electoral encontraremos casos en los que la unión de partidos sumo menos y otros en los que sumo más. Se da esta última circunstancia sobre todo en momentos de excepcionalidad, a la que apelaba precisamente la coalición rupturista en el eslogan «És el moment». En 2001 la coalición del PNV con EA, que se constituyó para refrendar al Lenhendakari Ibarretxe, obtuvo seis puntos más y ciento cincuenta mil votos más de lo que habían obtenido las dos fuerzas por separado. Bajando al terreno de los datos, estos arrojan algunas claves bastante reveladoras acerca de los motivos del descenso de votos de la coalición. Cabe poner de relieve que el descenso se produce enValencia, mientras en Alicante y Castellón la suma de los votos por separado en las autonómicas son prácticamente iguales. La circunscripción donde se produce el descenso que alcanza el siete por cien es donde el Bloc tiene más arraigo. Si además ponemos el foco en localidades como Tavernes de la Valldigna, donde el líder local del Bloc Jordi Juan se mostró beligerante al pacto, basta con atender a los resultados en esa localidad para despejar las dudas de donde se encuentra el mar de fondo de la coalición. En Tavernes el descenso ha sido de casi quince puntos porcentuales y de mil quinientos votos.