La directora general de Promoción Institucional, Dora Ibars, y la gerente de la Sociedad de Promoción Estratégica de la Comunitat Valenciana, Arantxa Vallés, se reunieron con Álvaro Pérez, el Bigotes en la sede de Orange Market el 11 de noviembre de 2008, el mismo día que se reunía la mesa de contratación para decidir la adjudicación de Fitur 2009.

Ambas ex altos cargos del Consell declararon ayer como testigos en el juicio de la pieza de Fitur de la trama Gürtel, por el presunto trato de favor a las empresas de Francisco Correa. Ambas lo hicieron acompañadas de sus abogados ya que las dos siguen imputadas en la pieza 5 de la causa que juzgará los contratos de la trama con las empresas públicas Vaersa, Sepiva, la Sociedad Gestora para la Imagen Promocional de la Sociedad Valenciana SAU, la Fundación La Luz de las Imágenes y la Sociedad Proyecto Cultural Castellón, S. A.

Relación de cortesía

Tanto Ibars como Vallés admitieron haber visitado la sede de Orange Market ese día, aunque la enmarcaron en la «relación habitual de cortesía» con un proveedor que acababa de cambiar sus oficinas, «que eran muy singulares» en palabras de Arantxa Vallés, a la calle Colón. Aunque tras escuchar ambas, durante la vista, una conversación entre Pablo Crespo y Álvaro Pérez en la que éste último comunica que iba a «reunirse con Dora Ibars y con Arantxa para hablar de Fitur», las dos minimizaron el encuentro.

«Fue una reunión muy genérica. Como cuando visitas un periódico. Nos hablaron de sus proyectos, a los que se habían presentado y los planes que tenían para Fitur», explicó Ibars a preguntas de la Fiscal Anticorrupción. «Durante la visita ni nos sentamos. Fue bastante breve. Hicimos un recorrido por las instalaciones y nos hablaron de sus proyectos, de que estaban motivados y querían crecer: organizar un campeonato de golf, algo de tenis y que se habían presentado a Fitur. Me acabo de enterar que en ese momento se reunía la mesa de contratación», detalló Vallés. Ambas se desligaron de las contrataciones de Turismo con Orange Market ya que se limitaban a supervisar «la imagen institucional de la Generalitat».