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Entrevista

Francisco Puchol-Quixal: "La Comunitat Valenciana tiene un serio problema de autoestima"

El abogado defiende que ha habido un interés por situar a Valencia como cuna de la corrupción

Francisco Puchol-Quixal: "La Comunitat Valenciana tiene un serio problema de autoestima"

«El Tango decía que 20 años no son nada pero para mí 15 son demasiados». Así resume Francisco Puchol-Queixal su marcha de la presidencia del Club de Encuentro Manuel Broseta. Aunque advierte de que han sido tres lustros al frente de la institución, pero que lleva «toda una vida» en ella, ya que fue uno de los ocho fundadores que hace 32 años decidieron crear un foro de reunión y diálogo en la ciudad de Valencia. Ha pertenecido a todas las juntas directivas, menos a una, y ahora da un paso atrás para que Amparo Matíes le sustituya al frente de la entidad civil.

¿Cómo se siente tras abandonar un proyecto al que ha dedicado buena parte de su vida?

Estoy contentísimo de haber dejado mi cargo porque en estos años lo he hecho lo mejor que he podido. Ahora voy a intentar recuperar todo el tiempo que he invertido. Es el turno de que Amparo Matíes y una nueva generación tome el mando. Yo estoy muy orgulloso de mi trabajo en el Club.

Primero le iba a sustituir Josep Vicent Boira, pero le nombraron Secretario Autonómico. Luego se designó a Amparo, pero en ambas elecciones hubo una sola candidatura. ¿Es un mal síntoma para la continuidad del Club?

En absoluto. Eso sólo indica que los dos candidatos habían trabajado mucho antes para una candidatura de consenso. Y cuando montas una candidatura tan sólida es muy difícil que surjan otras alrededor. Yo sé que en la segunda convocatoria hubo cierto movimiento, pero he querido mantenerme al margen.

¿Qué papel ha jugado el Club de Encuentro en la sociedad valenciana?

El Club ha jugado y está jugando un papel determinante en articular lo que se llama la sociedad civil. La gente que ha nacido con la democracia a veces no se da cuenta, pero antes de crear este Club aquí no había nada, la sociedad civil no existía con el franquismo. Cada época tiene su estilo y yo creo que se ha contribuido a que la gente sea consciente de que hay que articularse y pensar sobre lo que nos envuelve.

Precisamente ustedes han sido testigos de primera del cambio de la sociedad valenciana. ¿Cómo la ve hoy?

Yo creo que la Comunitat Valenciana tiene un problema serio, sobre todo, de autoestima. Tú puedes tener un problema en la piel muy severo pero si además todo el mundo te señala como que eres el único apestado, pues al final te escondes. Hemos tenido un problema importante con la corrupción, pero es algo que ha sucedido en todo el mundo y hay que relativizarlo. Desde luego, en España ha habido un interés por focalizar el problema en Valencia.

¿Hemos cogido complejo?

Un poco. Tenemos un problema a la hora de conocernos y de estar contentos con el funcionamiento de nuestras instituciones. España es un país que vale mucho la pena, pero hay que ilusionarse por el proyecto de España y de la Comunitat Valenciana.

¿En qué lugar queda Valencia?

Valencia tiene que encontrar un nuevo lugar en el mundo. En un momento determinado el calzado y la naranja sirvieron, pero ya no. Hay que renovarse.

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