En una sociedad tan cortoplacista, ¿sigue teniendo cabida el diálogo sosegado?

El diálogo es siempre imprescindible y ahora todavía más. Fíjate que tras las elecciones del 20D me acosté con la sensación de que el diálogo iba a ser lo más importante de esta nueva etapa en España. La conversación nos enseña a convivir, a saber vivir con los demás, y eso es fundamental en una era sin mayorías absolutas.

¿Qué ha pasado con la figura del político? ¿Les falta apostar más por el diálogo?

Fíjate, ahora parece que las encuestas dicen que ser político es lo peor, que tener un hijo político es lo peor que te puede pasar... pero nosotros en el Club seguimos creyendo que el lugar de los políticos es importante. En esta nueva época el político va a ser una persona que deba entenderse con los demás, eso es clave. Ya no vale el tecnócrata que cree que es más que los demás y que lo impone todo por la fuerza de sus votos, sea de un lado o de otro. Yo creo que ahora, por fin, están absolutamente condenados a convivir para formar gobiernos sólidos.

¿Los nuevos partidos encarnan mejor ese espíritu?

No tiene por qué. Yo creo que hay una serie de partidos emergentes en España que en la Comunitat no lo son tanto. Joan Ribó, por ejemplo, lleva muchísimos años en política. Vienen del Bloc y Compromís es un partido que se ha hecho a las maneras nuevas pero no lo es en realidad. Eran minoritarios y ahora son mayoritarios. Es realmente impresionante.

¿Cómo se lleva el Club con los partidos políticos?

Muy bien. Nos hemos llevado bien con todos, desde Lerma hasta ahora. Al principio, cuando se fundó el club, muchos no entendían que hubiera una institución independiente, pero ahora sí. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, es miembro del club. Y en mi junta directiva había dos personas que ahora ocupan cargos en el gobierno por parte de Compromís.