El acuerdo in extremis alcanzado ayer entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez y el de Ciudadanos, Albert Rivera, para nombrar al socialista Patxi López presidente del Congreso de los Diputados complica todavía aún más las opciones de Compromís de tener grupo propio en Madrid. La exigencia fue llevada ayer hasta el extremo por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en las intensas negociaciones a varias bandas que tuvieron lugar ayer en la Carrera de San Jerónimo, un trasiego de reuniones y llamadas, en las que varios responsables del Bloc e Iniciativa (socios de Compromís) tuvieron un papel destacado.

Los negociadores valencianos (entre ellos, el diputado Joan Baldoví y los responsables del Bloc e Iniciativa, respectivamente, Lluís Miquel Campos y Pasqual Mollà) mantuvieron a primera hora de la mañana una reunión con el portavoz del PSOE, Antonio Hernando. El socialista se había puesto en contacto con Compromís la tarde del martes, el mimo día en que Sánchez ya había anticipado su veto a que los grupos que se coaligaron con Podemos las pasadas elecciones (con Compromís, En Comú Podem y En Marea) tuvieran grupo propio. La llamada hizo albergar esperanzas a Compromís. Sin embargo, fuentes presentes en la reunión indicaron ayer que Hernando ya les anticipó una posición inflexible que, más que a su propio partido, achacó a Ciudadanos. Horas después se anunciaba el pacto entre Sánchez y Rivera sobre la Mesa del Congreso, una alianza a la que, acabó sumándose el PP al retirar su candidato.

El acuerdo supuso un duro golpe para Compromís ya que si la composición de la Mesa sale hoy adelante tal y como está prevista, las opciones de que se avale su petición de grupo propio son prácticamente nulas. En total, contando al presidente del Congreso, la Mesa cuenta con nueve miembros. Según el reparto pactado; dos puestos son para el PSOE, dos para Podemos (uno de ellos cedido a En Comú, su socio catalán), tres para el PP y dos para Ciudadanos. Fuentes de Compromís admitieron que este escenario les perjudica, ya que en la práctica, el PSOE pierde el control de la Mesa, ya que Ciudadanos y Podemos tienen mayoría. Ambas formaciones han rechazado abiertamente la posibilidad de dar a Podemos cuatro grupos.

La hoja de ruta a partir de ahora es incierta para los seis de los nueve diputados que obtuvo la lista de confluencia Compromís-Podemos. Por lo pronto, el primer paso es, una vez constituida la Mesa, registrar su petición. Con el no en la mano, se abren varias opciones. Una es ir a los tribunales, pero esta es una vía lenta y poco efectiva. El PSOE, que pese a su acuerdo con Ciudadanos no ha cerrado la puerta a un acuerdo con Podemos para presidir el Gobierno, ofreció ayer a Compromís una vía intermedia. Conformar un grupo mixto (necesitan 15 diputados y el 5% de los votos) junto con el resto de diputados de las listas de confluencia y crear agrupaciones diferenciadas con sus propios portavoces. Eso sí, en este caso, Compromís perdería los más de 40.000 euros al mes que le correspondería con grupo propio y tendría que repartirse el dinero y los tiempos de intervención con otros grupos. El PSOE estaría dispuesto a ser generoso para facilitar que se visualizaran los grupos territoriales. Ahora bien, sin control de la Mesa está promesa es difícil de cumplir.

A partir de hoy, hay cinco días de plazo para la conformación de los grupos y lo que parece clar es que esta cuestión se va a convertir en la piedra angular de las futuras negociaciones para formar gobierno.

Iglesias, que ayer dejó a un lado el asunto del referendum, describió ayer una nueva línea roja. En rueda de prensa en la que participó también Baldoví, condicionó futuros entendimientos de su partido con el PSOE a que los socialistas acepten la conformación en el Congreso de cuatro grupos. «Estamos convencidos de que nos podremos entender, en particular con el PSOE. De no ser así, es evidente que entendimientos ulteriores serán muy complicados», dijo. «No contemplamos otro escenario», insistió. Sánchez, por su parte, lamentó que Podemos no se sume al pacto y lo atribuyó a «contradicciones internas». Aseguró que esta cuestión no debe ser obstáculo para acuerdos posteriores.