«¿Es razonable estar haciendo una tesis 15 años?», se pregunta el vicerrector de Estudios de Posgrado, Rafael Crespo. «Una tesis „continua„ requiere tiempo y se puede entender en el caso de doctorandos que están trabajando». Una opinión que comparte la periodista Mª Josep Picó, que leerá su investigación sobre periodismo ambiental en el entorno europeo el miércoles 10 de febrero, el último día antes de que acabe la fecha límite del 11. Esa jornada todas las tesis reguladas por los decretos de 1985, 1998 y 2005 que han sido defendidas con éxito deben de estar en la web Teseo del Ministerio de Educación.

«Un reto personal»

«Cuando estás trabajando fuera del ámbito académico y no puedes destinar el 100 % de tu tiempo a la investigación, hacer una tesis es muy duro pues te exige que le dediques muchas horas», resume Picó. «No me puedo permitir „prosigue„ que caduque un trabajo que he hecho, por eso para mi presentar y defender mi tesis es un reto personal».

Crespo relata que aquellos doctorandos que no han podido depositar su investigación a tiempo «deberán poner el contador a cero». Todas las universidades valencianas cerraron entre noviembre y el pasado diciembre el plazo para entregar las tesis de los planes a extinguir.

«El trabajo que han realizado no se va a perder, pero para continuar adelante con su tesis tendrán que empezar un nuevo programa de doctorado con los correspondientes cursos, por lo que hasta que no pasen ese tiempo no podrán presentar y defender su trabajo», relata el vicerrector.

Desembolso extra

Los nuevos programas limitan a tres años el tiempo para leer la tesis, un plazo que se puede prorrogar dos años más. A esto hay que sumar el sobrecoste que supone hacer un máster de uno o dos cursos y pagar de nuevo el precio público de los derechos de tutela de tesis, que en el caso de las universidades públicas valencianas ha pasado de 38,36 a 300 euros.

Todo esto hace que el acabar la tesis haya sido un «ahora o nunca». para muchos doctorandos de los programas antiguos.