El AVE conectará con Castelló con al menos cuatro meses de retraso respecto a las previsiones iniciales. El Ministerio de Fomento fija ahora la finalización de las obras el 30 de abril, según revela el presidente de Renfe, Pablo Vázquez, en una carta remitida a la Generalitat. Esta previsión podría variar si se producen nuevos retrasos en el proyecto y si un nuevo gobierno decide cambiar la cúpula del Administrador e Infraestructuras Ferroviarias (Adif), según fuentes de esta entidad, responsable de las obras.
La consellera de Obras Públicas, María José Salvador, destacó ayer en las Corts que esta misiva data de diciembre y que, «por tanto, sabían antes de elecciones que esta infraestructura no iba a llegar» en 2015. El Gobierno, continuó la consellera, «siguió defendiendo esta fecha «hasta que ya no se lo podía creer nadie, e incluso, sostenía que había presupuesto pero que su finalización dependía de si había o no problemas técnicos».
El ministerio inició en 2014 las obras del tercer hilo entre Valencia y Castelló y prometió su llegada a la capital de la Plana a finales de 2015. «Los plazos previstos no se han cumplido porque, entre otras cuestiones, los presupuestos Generales del Estado evidenciaban que no se hacían las aportaciones económicas necesarias para ello. Además, pese a que los contratos se adjudicaron en 2013, las obras en serio no comenzaron hasta marzo de 2015», remarcó Salvador.
Tal como publicó este diario, en diciembre se bloquearon las certificaciones de obra para no entorpecer más el tráfico ferroviario, ya que obligan a realizar una serie de pruebas sobre el terreno. También incidió una posible falta de liquidez presupuestaria. Desde Adif añadieron ayer que las obras continúan a estas alturas de manera ralentizada y no descartan que tampoco se cumpla la fecha señalada del 30 de abril.
La Generalitat preguntó a Renfe sobre la situación de los cercanías, cuyos servicio se han reducido por las obras de la alta velocidad. Afirma que su intención es «recuperar el servicio anterior a las obras, e incluso, mejorarlo en furción de la demanda», pero agrega que ignora el impacto que tendrá el AVE en el cercanías. «Desconocemos los nuevos surcos horarios que habrá (en el cercanías) una vez concluyan las obras ni la capacidad de la nueva infraestructura, por lo que no es posible asegurar el servicio que prestaremos cuando finalicen», apunta el presidente de Renfe.
Pérdida de capacidad
El tercer carril no supone un incremento del número de vías sino que sólo añade un tercer rail para que puedan transitar los trenes en ancho ibérico y en internacional. El AVE compartirá conexión con tránsitos convencionales. Los cercanías deberán detenerse en apeaderos o en las estaciones para dejar pasar a los convoyes de alta velocidad, lo que afectará a sus tránsitos.
A partir de mayo, las mercancías podrán tendrán conexión directa con Europa gracias al tercer raíl. Pero los empresarios y los operadores consideran que esta alternativa es insuficiente y alertan que ya empezará con problemas de saturación.
