La diputada socialista, número tres por Valencia al Congreso, Maria Such, de 25 años, concentró ayer buena parte de los focos en la sesión inaugural de la legislatura en el Congreso. Such únicamente había acudido antes a la Cámara Baja de visita, pero ayer tuvo que subir a la tribuna de oradores para llamar al voto al resto de diputados. Le costó pronunciar el apellido de algún diputado vasco, pero cumplió con creces: «Pensaba que me impondría más la tribuna, pero ha ayudado que hay muchos diputados nuevos en la Cámara», señaló.

Such aspira a convertirse «en la voz de los jóvenes, de los que han tenido que marcharse, de los que no encuentra trabajo» y prefiere ocuparse de temas de Justicia por su condición de abogada. Afirmó a preguntas de Levante-EMV, que vio al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, «apagado y con cara de derrota» y no dudó en calificar de «circo» el comportamiento de muchos de los diputados ayer en el Congreso. No le gustó, por ejemplo, el juramento de los diputados de Podemos, ni su empeño «en tratar de lucir más que nadie, como si el Congreso fuera un escaparate, había muchas posturas demasiado forzadas», señaló.

«No hay pacto con el PP»

Such se reivindica como diputada valenciana, que llevará los problemas de este territorio a la Cámara y niega que su partido tenga un pacto con el PP. Sólo admite un acuerdo con Ciudadanos para lograr la presidencia del Congreso, pero rechaza que esté cerca un acuerdo de «gran coalición» con el PP que implique la investidura de Rajoy.